Superworld (2015) se inicia con mucha intriga. Una mujer, trabajadora y
ama de casa, de pronto comenzará a ser víctima de ruidos y acechos que
solamente ella puede percibir. Esto le provoca espasmos, cortas lagunas, e
incluso a comenzado a hablar sola. Lo curioso es que no se sabe a ciencia
cierta hacia dónde se dirige la película. ¿Es un drama sobre una persona
enfermando o es tal vez una película de terror sobre voces del más allá
manifestándose en la madura mujer? Bajo dicha intriga, el director Karl
Markovics encaminará su historia hacia a lo incierto, convirtiéndola hasta un
punto en una película absurda, con unas pinceladas de comedia que levemente
recuerda a las películas de Ulrich Seidl, que va entre lo sobrio y lo
excéntrico. Lo decepcionante ocurre más allá de la mitad, para cuando el misterio
quede al descubierto y este mismo simplemente no logra llenar las expectativas.
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