Lo reciente de Ruy
Guerra me recuerda a La danza de la
realidad (2013), solo que menos surrealista y más teatral. Al igual que el
filme de Alejandro Jodorowski, Casi
memoria (2016) es un retrato biográfico y el de una porción de una época,
esto contemplado desde una visión excéntrica. A esta perspectiva, sin embargo,
se le suma un concepto de tintes existenciales, sobre el individuo que se
desdobla en su pasado y presente (o su presente y futuro) para dialogar sobre
su memoria y su herencia. La película sería pretenciosa de no ser por su
comicidad irrisoria, lo que la convierte en su lugar en un experimento
desesperante. Al menos el del mexicano era simpático.
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