martes, 29 de noviembre de 2016

Estación zombie (o Train to Busan)

Train to Busan (2016) acude a la premisa de un personaje colectivo refugiándose del continuo acecho de su antagonista, este también colectivo. Dentro del género de terror recordamos películas como Tiburón (1975) o La cosa (1982). Dentro del subgénero zombie, a la que también pertenece el filme del director Yeon Sang-Ho, está una película como La noche de los muertos vivientes (1968). Al igual que en la ópera prima de George Romero, este filme de origen surcoreano se atribuye de personajes tipos, en este caso, apelando a una rutina actual, ello a fin de agudizar una reflexión dramática que se incitará a lo largo de su historia, en donde un grupo de pasajeros de un tren rumbo a la ciudad de Busan serán sorprendidos por un virus que amenaza con expandirse en toda la tripulación. Train to Busan no es lo que se presume, en referencia a una renovación de este subgénero. Son mismos clichés funcionando en una circunstancia distinta.
La película de Yeon Sang-Ho inicia con un aire dramático a propósito de un tema doméstico. Es la relación maltrecha entre un padre, un hombre asediado por el mundo de los negocios, y su pequeña hija. Ya para cuando ambos personajes estén dentro del vehículo en pie de lucha contra una cuadrilla zombie, figurará ese precedente familiar y la oportunidad del padre de asumir su responsabilidad paternal desde un carácter emocional y fraternal hacia sus iguales. Train to Busan a medida que avanza va desvelando una serie de capas convencionales, desde una enfermedad letal en expansión (la eterna negligencia humana), un grupo de personas sobreviviendo y de paso mostrando su peor rostro, como también algunos otros apostando a la redención. El filme de Yeon Sang-Ho dispone una historia zombie con la intención de construir un discurso moral y ético cuestionando la naturaleza egoísta del hombre, y sumando al final el típico cierre lacrimógeno del cine asiático.

No hay comentarios:

Publicar un comentario