domingo, 2 de diciembre de 2018

VI Transcinema: Black mother

Khalik Allah se despliega por Jamaica y nos va registrando los rostros y los pesares de esta nación. La resultante de este documental no está lejos del panorama de Harlem visto en su Field niggas (2015). Salvo por la naturaleza de la ciudad, de pronto no hay mucha diferente entre este bajo fondo estadounidense y el contexto de Jamaica. La comunidad negra parece ser igual allá o en el país caribeño. Las drogas, la prostitución y la miseria son rutinas que no reconocen algún agente que la saquen de dicha situación. Así como en su anterior filme, en este nuevo documental lo gubernamental no hace presencia ni es mencionada. La realidad devastadora se denota por tanto como una gangrena que no deja de propagarse. Lo cierto es que en su tránsito callejero, Allah contrapone un optimismo. Ese es un punto vital de Black mother (2018), uno de los detalles que lo diferencia de Field niggas.
En paralelo al retrato dramático, Allah hace calendario de un suceso esperanzador, el embarazo de una jamaiquina. Ese registro se convierte en el punto contrario a los testimonios cortos, en su mayoría desoladores, de los personajes que posan para la cámara del director. A ese gesto de la espera o nacimiento de la esperanza, le acompañan algunas declaraciones que vitalizan el ánimo de una sociedad aguardando su reconstrucción. Es la Jamaica que reflexiona y cuestiona en base a su historia o su modo de crianza, hablando desde el título personal o desde sus creencias. Hay una petición, un rezo por el cambio, por la redención. Ese es otro detalle que la distingue de Field niggas. Claro que desde una vista general, Black mother (2018), además de redundarse por sí sola, parece transcribir lo ya expresado en la anterior película de Khalik Allah.

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