sábado, 30 de mayo de 2020

We Are One: Eeb Allay Ooo!

Tras su retrato cómico, un panorama social va desplegándose en la ópera prima de Prateek Vats. Anjani (Shardul Bharadwaj), protagonista de esta historia, será asignado a un inusual oficio, el de espantar a una raza de monos que, literalmente, conviven con los ciudadanos de Nueva Delhi, capital de la India que por años ha aceptado esta coexistencia de especies –en respeto a las creencias religiosas que reconocen a los primates como vínculos espirituales con el dios Hanuman–, pero que en la actualidad ha promulgado una orden para mantener en raya a los cada vez más faltosos animales. Básicamente, la tarea de Anjani se reduce a intimidar a los primates con el fin de evitar alguna rencilla frente a los humanos. Sería faena fácil para el joven de no ser porque teme a los monos. Eeb Allay Ooo! (2019) es en gran parte el hombre lidiando con los animales, haciendo caso a sus miedos y complejos, resistiéndose a seguir el manual laboral, y, por tanto, fracasando en este oficio. Es decir, a partir de esta curiosa función, podemos tener una idea de qué es lo que no está funcionando en esta enorme y vasta ciudad.
Vats, desde un humor gentil, pone en evidencia un malestar social. Anjani es un hombre viviendo de colado en una ajustada habitación ubicada en uno de los barrios pobres de Nueva Delhi, en donde vive su hermana embarazada y su cuñado, el mismo que le consiguió ese oficio del que Anjani en lugar de aprovechar no deja de quejarse. Existe una desidia de por medio, tal vez, producto de la ignorancia arraigada en una comunidad pobre no asistida, la misma que decidió migrar a la capital al reconocer a este espacio como oasis de oportunidades o, incluso, de asistencia. Pero, bien nos advirtió el neorrealismo italiano, existe una gran diferencia entre la fantasía y la realidad. Dentro de la simpatía y la ocurrencia de esta persona, somos espectadores de alguien sumiéndose en su propia inconsciencia. ¿Es que Anjani es deficiente de todo acto de reflexión? ¿Qué motiva a este hombre a diseñar ridículas tretas para espantar a los monos en lugar de seguir el manual? ¿Es que estamos tratando con un individuo que hace caso a su instinto antes que a su razonamiento?
Anjani no está lejos de ser un reflejo de los monos de Nueva Delhi, una suerte de invasor que en lugar de generar el avance alienta al desorden y al estancamiento. No es gratuito que por dónde pasa este protagonista siempre vemos señales y o escuchamos mensajes que hacen recordar a los ciudadanos asumir una buena postura en público. Así como pasa con los monos, el órgano estatal también mantiene en raya a la sociedad. Ahora, lo cierto también es que Anjani parece ser reflejo de una “seguridad pública” deficiente. A propósito, una escena importante. Un colega le aconseja a Anjani que bastan los gritos para espantar a los monos, en tanto, las armas no solucionan nada. Secuencia seguida, una nueva orden de vigilancia ciudadana acata que desde ahora los elementos de seguridad portarán armamento. Eeb Allay Ooo! pone sobre el banquillo recientes normativas inconsecuentes de un gobierno. Son a propósito de estas enmiendas –tanto las que recaen en los monos como en los humanos– que la realidad ha comenzado a germinar ciertos dilemas. ¿Sigue siendo el mono una deidad o es ahora una raza enemiga? ¿Esta convivencia es fruto de una invasión de monos o de una ciudad que se ha expandido hasta los bosques con descontrol? ¿Es que los anuncios no son suficientes para orientar a una sociedad y por eso se asiste a un artefacto de coacción?


Eeb Allay Ooo! está curado por el Festival de Mumbai. Puede verse la película gratis en este link: https://bit.ly/3ex4b0X

No hay comentarios:

Publicar un comentario