Muy interesante la película de Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda. Los directores se disponen a hacer un “documental” –hay que ir a tientas con esto– que sigue la vida de Carolina, la autodenominada “Harley Queen”, apelativo que usa en su oficio como bailarina exótica. Se emprende con ello un trayecto uniforme, versátil, por momentos dando indicios de un proceder improvisado que deviene posiblemente de la naturaleza de esta mujer que vive en un contexto al que también se le asociaría como una naturaleza propiamente accidentada. El área de Bajos de Mena, un gueto de Santiago de Chile, es ese fondo en donde se desplaza Carolina, mujer que va de performance en performance buscando una ruta que le pueda otorgar una estabilidad salarial y emocional. Harley Queen (2019) tiene un punto de observación que no lo deriva ni a la comedia ni al drama. Es simplemente una crónica humana en donde convergen distintas emociones, puntos altos y bajos en una vida, los trascendentes y los que no, pero que no dejan de ser adornos dentro de la personalidad del filme.
jueves, 3 de septiembre de 2020
3 Frontera Sur: Harley Queen (Sección Nacional)
Es
importante tomar en cuenta que la película no necesariamente se encierra a
observar la vida de Carolina, o parte de ella. Adriazola y Sepúlveda no dejan
de hacer un paneo en el alrededor de esta mujer. Los que la acompañan o rodean,
de alguna manera, parecen marcar o compartir una condición que los reconoce
como personas inconstantes en su oficio o meta, ya sea de corto o largo plazo,
pero esto no es a causa de una inmadurez, sino de las circunstancias, o el
mismo entorno, el cual los obliga a variar sus planes, siendo la variante en
algunos más pronunciado que otros, en referencia a la hilarante transformación
ideológica de un personaje. Ahora, no está demás tomar en cuenta que Harley Queen acontece en un espacio temporal considerable. Pienso en el cine de Richard Linklater, que evalúa a sus
protagonistas en base al tránsito del tiempo. Por ejemplo, en Boyhood (2014), tenemos a un personaje
que cambia, física y mentalmente, pero que preserva ciertos razonamientos
inherentes, llamémosle, personalidad. Es decir, por mucho que pase el tiempo,
siempre habrá algo no cambiante.
Carolina
podrá ser amiga, madre o esposa, pero ante todo “Harley Queen”, bailarina
exótica, que, exactamente, tiene sus versiones; en principio, imagen explotada
únicamente para un valor económico, luego a la búsqueda de las tendencias,
después que servirá para empoderar su condición de género, y así. El ser
bailarina exótica para Carolina no puede reducirse en una única motivación. La
respuesta dependerá del momento al que se hace referencia. En tanto, Harley Queen es atractiva, a propósito
de esos cambios en la vida de la protagonista, efecto que hace de la película
impredecible, y también porque la historia anida esa paradoja de una misma
personalidad navegando en una corriente inconstante, lo no cambiante bañándose
en un río que no es el mismo río; diría Heráclito. Un río que de paso reconoce corrientes
buenas y malas, unas con las que juegas y otras con las que te ahogas. Y lo
cierto es que esto aleja al filme de lo convencional. Si pienso en el happy ending, el “destino” se lo niega a la protagonista –con sarcasmo–. No
estamos tratando pues con un cuento de hadas ni tampoco con uno de terror.
Aquí puedes ver la película gratis: https://bit.ly/3bpV01R
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