lunes, 12 de octubre de 2020

27 Festival de Valdivia: My Mexican Bretzel (En Competencia)

La película de Nuria Giménez combina el metraje encontrado y el diario en un mismo filme. La directora se apropia de las fuentes fílmicas y las fuentes escritas propiedad de Léon Barrett y Vivian Barrett, respectivamente. Es decir, My Mexican Bretzel (2019) se funda en base a la intromisión de la intimidad, el de los videos caseros de la pareja y los escritos personales de la esposa, para crear su película, aquella que hace lectura del diario de la mujer y pretende recrearlo a partir de las grabaciones que hizo el hombre a lo largo de la vida de este matrimonio que se dio inicio finalizada la Segunda Guerra Mundial. Lo primero que llama la atención es que Giménez no opta por convocar a alguna locutora que pudiera dar lectura a los escritos de Vivian. En su lugar, el escrito se va develando mediante subtítulos. Y es que de hacerse lo contrario se desvirtuaría la naturaleza del escrito. El dramatizar la voz de la dueña del diario sería además un gesto de apropiación del contenido, cuando la apropiación solo debería de ser de la fuente con la condición de no ficcionalizar las confesiones, sea mediante una entonación o una frecuencia que pudiera predefinir a la autora. Ahora, no solo es un respeto por mantener la integridad del texto, sino también el de alentar al espectador que está siendo intruso de un texto inédito.

Dicho esto, el diario de Vivian es el primer plano de este falso documental, convirtiendo a las grabaciones caseras de Léon en fondo de la lectura. O sea, a medida que va reproduciéndose el texto, imágenes de esos videos van emitiéndose, los cuales nos dan una idea general del contenido, siendo algunas referencias más exactas que otros. Es mediante este esquema que My Mexican Bretzel nos revela una historia que parece estar inspirada en las novelas de época, sobre una mujer confinada a una rutina insípida que urge de una alteración en su vida que bien implicaría una fractura emocional y hasta moral. Las confesiones de Vivian van coincidiendo con otras características y tópicos claves de esa literatura. Un matrimonio de clase acomodada, ambos con antecedentes de traumas físicos y mentales, la introducción de escenarios y personajes exóticos, cartas que nunca serán abiertas, secretos que nunca serán confesados, así como los descubiertos, aunque nunca recriminados, lo que extendería a una etapa llena de frustración. De pronto, no hay mucha diferencia entre el estilo de vida del Decimonónico y el de estos personajes ingresando a una nueva modernidad. Nuria Giménez nos introduce a una historia exquisita con mucha tradición literaria, siendo la imagen casera un atajo de toda esa descripción de los ambientes y la época que sí contendría una novela.

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