jueves, 15 de octubre de 2020

7 Festival de Trujillo: El silencio del río / Hatsu / Herencia clandestina (Cortos en competencia)

Hasta el 18 de octubre se celebra una nueva edición online y gratuita del Festival de Cine de Trujillo. En su página web podrán verse la selección de cortos en competencia, mientras que por la plataforma de Retina Latina podrán verse los largos en competencia. Iniciamos nuestra cobertura.

El silencio del río (2020) fue uno de los cortometrajes que tuvo su premiere mundial en la reciente edición del Festival de Berlín y fue recientemente anunciada como precandidata para los premios de La Academia en la sección de cortometrajes. La película de Francesca Canepa a primera vista atrae por su propuesta visual. La historia en primera persona de un niño relacionando los malestares físicos de su padre con las tradiciones propias de la selva peruana, se orienta a la introducción de una narración alegórica y asentada en un contexto propiamente místico. Canepa nos describe este espacio bajo un ambiente nebuloso y sombrío. Esta composición definitivamente se ajusta a la naturaleza de su relato. En un principio, El silencio del río da la impresión de asentarse únicamente a la contemplación del vínculo ancestral entre el sujeto y su espacio, pero lo cierto es que el contenido nos deriva a una historia que es escabrosa, por un lado, un cuento de terror, por otro, una expresión consecuente del entorno. A propósito de esto último, lo mágico religioso como la representación de lo fantástico siendo posible y, por lo tanto, lógico o aceptable dentro del entorno en cuestión.

En Hatsu (2019) también somos testigos de una historia que contiene a personajes alineados a sus tradiciones. El cortometraje de Rita Prieto Matzuki se remonta a un evento histórico vergonzoso: la extradición de la comunidad de inmigrantes japoneses en el Perú rumbo a EEUU durante los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Fue la estrategia política que el país norteño puso en orden tanto dentro de su territorio como en el de sus aliados, a fin de frenar –y persuadir– cualquier acción del Japón del Eje. Pero ese solo es el contexto dentro de la película, porque lo que le interesa a Prieto es retratar esa temporada desde la representación del testimonio real de una familia descompuesta y coaccionada por esta normativa que originó en todo el país un oleaje xenófobo. Fue la ilación de daños y perjuicios irreparables, tanto físicos como materiales. Hatsu, una joven huérfana de madre, tendrá que conducir por sí sola el cuidado de su casa y el de sus tres hermanas menores. Hatsu no solo describe un acto de resistencia social, es también un ánimo por la resistencia de preservar las tradiciones. Muy importante que esta película esté hablada casi íntegramente en japonés, y es “casi”, dado que evidencia cómo es que una ley perversa agrede además la naturaleza cultural, las tradiciones de un sujeto o comunidad.
Y, a propósito de ultrajes culturales, Herencia clandestina (2020) hace remembranza a la ocupación chilena en la provincia de Tacna, consecuencia de la Guerra del Pacífico, durante casi 50 años. El director Jesús Cáceres se basa en las acciones clandestinas que asumieron numerosas mujeres de la época para salvaguardar los ideales peruanos frente a una coyuntura que exigía una educación y formación bajo los conceptos chilenos. En esta historia no existe una protagonista en particular. Cáceres toma como protagonista a todo un colectivo de mujeres de distintas edades haciendo actos nacionalistas peruanos fuera del alcance de la vigilancia del Estado provisional. Son las evidencias de una comunidad resistiendo a ser colonizados por las ideologías extranjeras. En extensión al proceder colonizador, se adjunta también hechos en que la fiscalización que prohibía ese tipo de acciones, evocaba a una penalidad severa, maniobra que perfilaba a sus ejecutoras como mártires de la patria peruana.

Pueden ver todos los cortometrajes totalmente gratis en la página web del Festival: www.fecit.pe

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