Una película que de seguro no dejará indiferente a cualquier fanático de la literatura de Philip K. Dick. Come true (2020) combina los sueños con el mundo de la tecnología. Anthony Scott Burns debe ser un leído de esta corriente de la ciencia ficción que retrata actos científicos revolucionarios que a su vez descubren un portal siniestro. Es el eterno retorno a que el saber mucho conlleva ingresar a un territorio peligroso. Sarah (Julia Sarah Stone) es una adolescente que decidirá formar parte de un experimento que además de brindarle un techo provisional podría calmar su insomnio y reducir sus pesadillas en donde se le aparecen unos personajes de una raza extraña. Casi siempre el “conejillo de indias” es un homeless. Es seguro que este no se quejará hasta cuando todo ya sea tarde, y podría decirse que ese es el caso de esta joven necesitada de un lugar en dónde dormir luego de escaparse de casa, y mejor aún si recibe algo de dinero a cambio. La condición: sin preguntas. Ya después comenzarán las sospechas debido a un revelador efecto secundario que pondrá en vilo a la protagonista. El director ha alistado el terreno para escenificar un thriller.
jueves, 26 de noviembre de 2020
35 Festival de Mar del Plata: Come true (Hora Cero)
Scott
Burns no solo sabe seleccionar los tópicos correctos, sino también recrear un ambiente
que responde al conflicto de la trama. Luego de un estado de paranoia, Sarah ha
percibido cierto aprisionamiento generado por esa clínica experimental de los
sueños, el mismo efecto que tiene su subconsciente frente a las pesadillas en
donde se manifiestan esos seres de postura vigilante, siempre estáticos entre
ruinas que aluden a alguna proximidad mitológica. Tanto en su realidad como en
sus sueños, Sarah se percibe como en un laberinto. La clínica y sus pesadillas
están dispuestas de un código que es incapaz de descifrar. De inicio a fin, Come true está dominado por hechos
enigmáticos. Es de esas películas que bien podría generar más de una lectura. Pienso
en la película como en un citado a Matrix
(1999) y Prometheus (2012). Me genera
preguntas como: ¿Es acaso la protagonista un puente con alguna especie
legendaria, siendo sus pesadillas una proyección de unos antepasados? ¿O es que
al igual que Sarah hemos confundido los límites de la realidad y el sueño al punto
de no saber reconocer con cuál estuvimos tratando?
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