Ciertamente, mucho aliento al cine de Ingmar Bergman se percibe en la reciente película de Joachim Trier. En películas como Fresas salvajes (1957) o Gritos y susurros (1972), el director sueco creaba un fuerte contraste dramático al contarnos historias que giraban en torno a los resentimientos familiares y la nostalgia. Por un lado, veíamos a sus protagonistas cediendo a una crisis existencial fruto de la soledad o la proximidad de la muerte. Por otro lado, veíamos a estos mismos no dejando de abrazar los recuerdos más entrañables que acontecieron en los ámbitos de su terruño en donde curiosamente nació el dolor. Aunque ligeramente alejado de la histeria, esto también acontece en Sentimental Value (2025), a propósito de la frágil relación que tiene un padre hacia sus dos hijas. Nora (Renate Reinsve) y Agnes (Inga Ibsdotter Lilleaas) son dos hermanas que guardan resentimiento a Gustav Borg (Stellan Skarsgård), en especial la primera. No es gratuito que Nora sea actriz y Agnes una historiadora académica. Se podría decir que el oficio de cada hermana responde al nivel de temple que tiene cada una para confrontar los achaques del pasado, aquel en donde sufrieron el abandono de un padre y fueron testigos de la posterior agonía de una madre azotada por una enfermedad crónica. Una hija es más endeble al recuerdo, mientras que la otra es más inmune. El asunto es que ambas no dejan de abrazar esa memoria, el dolor que a su vez reconocen como un “valor sentimiental” que trascendió en el hogar en donde crecieron.
lunes, 11 de agosto de 2025
29 Festival de Lima: Sentimental Value (Aclamadas)
Es
así como la casa de la familia Borg se convierte en un personaje más. El
espacio como testigo, fuente histórica y testimonial que reúne desde los
recuerdos más entrañables hasta los más violentos. Todo se mezcla. Uno es
inseparable al otro. Esa naturaleza se ve grabada en el padre y sus hijas,
personas aparentemente diferentes, pero que psicológica y biográficamente
tienen mucho en común. Padre e hijas son nostálgicos y depresivos. Además, investigan,
escriben o interpretan sobre su memoria con un ánimo de hacer tributo, pero en
el camino esas creaciones se convierten también en un medio para evacuar sus
miedos y demonios. Sin ello, capaz explotarían. Se entiende por qué Nora podría
ser de la triada la que más le cuesta sobrellevar todo su pesar. El oficio o arte
que ella ejecuta es el de la adaptación de retratos ajenos, no el propio. Nora juega
a ser la protagonista de “La gaviota”, de Antón Chéjov, porque capaz siente que
también se le ha arrebatado de su añorada cuna y además transita por un
conflicto romántico. Asimismo, formará parte de una versión femenina de “Macbeth”,
de William Shakespeare, en su fantasía de asesinar a su padre. El hecho es que
no termina siendo su historia. En tanto, Gustav es un director de cine que ha
decidido escribir un guion siendo su memoria más liberadora, mientras que Agnes,
tras el retorno de un padre, ella se refugia en la investigación de los
informes de la abuela, tomada prisionera y torturada luego de ser denunciada
por sus comunicados antinazi. Hay mucho de esa familiar que evoca en los
descendientes.
Ahora,
¿cuál es el dilema o conflicto de la película de Trier? Todo radica en el guion
del padre. Gustav quiere que Nora sea la protagonista. Ella se niega. Gustav
quiere que el hijo de Agnes actúe en la película. Ella no quiere. En ese
sentido, vemos cómo las hijas inconscientemente comienzan a boicotear lo que
podría ser la magna terapia del padre. En esa búsqueda, es que aparece Rachel (Elle
Fanning), y de paso una historia aparte, pero que no deja de dialogar bien con los
asuntos expuestos. Rachel será la actriz de reemplazo, la que interpretará al
personaje que debía interpretar Nora. Frente a esto, vemos un retrato o testimonio
sobre el compromiso artístico siendo devorado por la sensibilidad o la
dramática del guion. Rachel, la glamorosa actriz de películas comerciales, se
convertirá en una presencia frágil y triste en su transición al personaje
ficticio de la obra de Gustav. Hasta aquí nada original. Ya visto en películas
como Kate Plays Christine (2016) o Little Girl Blue (2023). Pero
lo que resulta oportuno de esta ligera desviación argumental son las interrogantes
que se va generando Rachel sobre los personajes del guion, consultas no
respondidas por el autor, quien se limita a decir: ¿Tú que piensas? Sentimental
Value es una historia que tiene cierto brillo de misterio y empuja al
espectador hacia un terreno de lo especulativo. Surge la pregunta: ¿en quién
está inspirado la protagonista del guion de Gustav? A propósito, interpreto la
película de Joachim Trier como una tragedia griega, historias en donde el
vínculo familiar estaba atado a un hado trágico, lo que provocaba una suerte de
ciclos trágicos que se repetían. La abuela, el padre o las hijas, de pronto
parecen recrear una misma crisis. Tal vez no importe en quién pensó Gustav cuando
creó al personaje de su guion. Pudo haber sido cualquiera de este linaje
trágico, incluyendo él.
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