jueves, 11 de abril de 2013

¡Asu Mare! La película

Artículo publicado originalmente en: Cinespacio

Cual tanque de Hollywood, ¡Asu mare! La Película, dirigido por Ricardo Maldonado, se aproxima a la cartelera limeña a paso seguro. No está demás mencionarlo, dicho gracias a una gran labor de marketing, pero sobre todo al perfil carismático de Carlos Alcántara, showman a quien se le hace una especie de biopic en esta película, a la vez que se sigue la ruta de una comedia en secuencias que van de su infancia hasta un supuesto presente. Basado en el guión de su stand up comedy (y a la vez, el de sus propias vivencias), los personajes y los sucesos del filme están sujetos a lo paródico, esa necesidad de distorsionar levemente la realidad a un nivel que tampoco no alienta lo grotesco ni lo grosero, a lo sumo, un estado de ánimo algo extravagante, como si se tratara de algún sitcom u otro programa familiar light.

La historia de “Cachín” es la del pequeño hiperactivo que va reconociendo su lugar, la del adolescente palomilla de barrio que ya ha ganado un perfil y anda de arriba para abajo junto a su collera, la del hombre que se camufla al ritmo de los prejuicios sociales, que va buscando ahora un oficio mientras tropieza, reflexiona y se levanta. ¡Asu mare! apunta a la construcción de una figura humana, ello junto a la comedia pícara y redundante, crean una buena estrategia de entretenimiento, que si no atrapa por las risas, podría hacerlo por su misma trama, una que lleva incluso leves cargas de dramatismo. Son en esos momentos en que se percibe que la película no está limitada al lenguaje de las bromas de auditorio. La estructura de ¡Asu mare! sigue la de un formato clásico sobre un héroe o antihéroe que a mitad del camino se encuentra con una valla.

El filme, por el mismo hecho de saltar épocas, se esmera en remarcar el estilo o la moda de su entonces. Es la recolección de afiches o utensilios para crear la escena o la etapa. El diseño artístico y el de fotografía van aquí de la mano, mejor explotados en espacios cerrados que en localizaciones abiertas. ¡Asu mare! no está mal. Existen etapas que duran menos que otras. Algunas pasan más rápidas, otras simplemente cumplen con seguir su ruta. La etapa escolar secundaria es fugaz, al igual que la temporada en que el personaje principal escala a la cumbre artística. Momentos que caen simpáticos del filme ocurren en dos escenas. Una en que el pequeño niño visita el show de un reconocido programa local, y el otro en un bailoteo a mitad de un callejón. En ambos casos el tiempo parece estar suspendido. Es ese cliché que sabe a “Entonces sucedió…”

El talón de Aquiles de este filme apunta directamente en la frente de los seguidores acérrimos a este cómico.  A los casuales no nos pasará nada ya que ni hemos gozado de sus improvisaciones ni de sus shows. Vale recalcar que la película está basada en su stand up comedy, es decir, el público está a riesgo de venir cargado de spoilers. Claro que se dirá que una cosa es el show y otra la historia en ficción, más actores, mejor puesta escena, localizaciones reales y no banda sino pistas musicales. Lo cierto también es que el filme está intercalado de extractos del show de Carlos Alcántara, es decir, menos película. Punto aparte, lo probable, y hasta casi cierto, es que ¡Asu mare! La película apunta a convertirse en el filme peruano (no hablemos de recaudación) con mayor asistencia. Dado el caso, destronaría a Pantaleón y las visitadoras (1999), película que entonces obtuvo un promedio de 475 mil espectadores, muchos de los cuales dejaron de ir a ver cine nacional por reconocerlo como “pura lisura y calatería”. Si bien ¡Asu mare¡ La película no es un tanto original, al menos será una evidencia más que romperá con dicho prejuicio. Bienvenido sea.

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