Fuera de la situación
cómica ya ocasionalmente citada sobre un protagonista enredándose en amores con
la persona equivocada, Una segunda
oportunidad (2013) posee dos sutiles atractivos que podrían pasarse por
alto. El primero y el más notorio es la ironía que se maneja como base de la
historia y de los mismos parlamentos de sus protagonistas, especialmente el que
proviene de Eva (Julia Louis-Dreyfus), una masajista divorciada acondicionándose
a la soledad, una que llegará con la próxima partida de su adolescente hija.
Eva así recrea una especie de autodefensa, un humor sarcástico que si no deja
víctimas bien puede crear apatías o asperezas. Tanto su intimidad como su misma
rutina han provocado en ella sea un repelente humano, con pocos amigos y pocos
ánimos de fraternizar. Muy a pesar, dentro de esos comentarios mordaces y fuera
línea, se percibe un hilo de fragilidad o desesperación. A cada dardo lanzado
por Eva existe un remordimiento, una perturbación que deja un sabor a humanidad
y encanta.
A esto se suma la
personalidad de Albert (James Gandolfini), quien también pasa por la misma
situación que Eva, aunque reaccionando de una manera distinta. El personaje de
Gandolfini si bien posee un humor igual de irónico y espontaneo, este no peca
del excentricismo de Eva. Se da entonces la complementariedad. Mientras Eva va
a la defensiva, Albert es de un aire más apacible. La química entre ambos es
genial antes y después de que la trama genere el conflicto. Nicole Holofcener
dirige y escribe una película que sabe además convocar una serie de situaciones
complementarias que vuelcan a lo que sería esa segunda virtud del filme. Una segunda oportunidad no es una
comedia jocosa, no posee puntos álgidos en los momentos de drama ni tampoco
genera reflexiones morales o lecciones de vida. Todo efecto emocional aquí es
plano. Temas como la nostalgia, la crisis matrimonial, el divorcio, la madurez
que llega intempestiva, el miedo a los grandes cambios, la orfandad, incluso el conflicto entre un
patrón y su ama de llaves, son una serie de recursos que motivan a la
contemplación y se terminan resolviendo con sutileza, sin complejidades o giros
bruscos. La película es honesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario