A diferencia de una
mayoría de documentales que abordan el tema sobre el exilio político en
Latinoamérica, Tus padres volverán
(2015) prefiere tan solo mencionarlo para luego profundizarse en los dramas
personales de un grupo de adultos que durante su infancia un “retorno” provocó
un gran cambio en sus vidas. El director Pablo Martínez no hace una
retroalimentación a la conciencia política uruguaya durante los años ochenta,
tampoco rinde un homenaje a los presos políticos víctimas de la dictadura de
aquel entonces. Su interés, sin embargo, apunta a un consecuente de estos
mismos. En la Navidad de 1983, un avión llegaba a Montevideo con más de un
centenar de niños. Ellos eran los hijos de presos y exiliados políticos. Muchos
iban a conocer por primera vez a sus
familiares y el país donde nacieron. A partir de entonces, alguno de ellos, hasta
el día de hoy, siguen preguntándose por el lugar al que pertenecen.
Tus padres volverán mira el presente en función al pasado. Martínez, a propósito
de ese viaje ocurrido décadas atrás, recolecta los testimonios de algunos de
estos protagonistas. Curiosamente, cada uno ha digerido de forma distinta o
inclusive hasta contraria dicho evento. El resultado apunta a ser una reflexión
en base a la identidad, que no es más que el mutuo reconocimiento de una nación
y un individuo. Luego de esa estadía a Uruguay que duró un solo día, la
identidad para algunos ha sido fortalecida, mientras que para otros aún está escindida
o hasta “no habida”. Tus padres volverán evoca
además a una meditación paternalista más íntima y personal. Es la de los hijos
opinando sobre el compromiso político de los padres, aquel que en un pasado los
obligó a migrar o mandar al exilio a sus descendientes a que vivan junto a sus familiares
ubicados en distintas partes del mundo. Es aquí en donde los testimonios son
más emotivos e igual de dispersos. La gratitud, el resentimiento o el
desconsuelo del pasado afloran en el presente.
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