domingo, 9 de agosto de 2015

19 Festival de Lima: Una Segunda Madre (Competencia Oficial Ficción)

Un corto prólogo parece resumir lo que se verá en Que horas ela volta? o Una segunda madre (2015). Un niño y su empleada fraternizan mientras se aclara dos ausencias: la madre del infante y la hija de la mujer. Está la posible trama de una mujer que “adopta” a un niño, mientras añora a la suya. Una suposición apresurada. La directora Anna Muylaert realiza un filme sobre personajes asumiendo sus roles sociales y, a propósito de ello, los roles familiares, el de la maternidad, que entran en conflicto. Val (Regina Casé) lleva muchos años sirviendo como ama de casa a una familia en Sao Paulo, un tiempo que está en relación a la edad de su hija, una adolescente a quien no ha logrado ver desde su partida. El reencuentro surgirá para cuando la joven tenga que llegar a la ciudad a rendir una prueba para ingresar a la universidad. Entonces surgen los desencuentros. Primero, el de una hija que se resiste en reconocer a su madre. Segundo, el de una familia pudiente que comienza a reaccionar a la llegada de la muchacha.
Una segunda madre suena dramático, muy a pesar la película se perfila a lo cómico, incluso por momentos es hilarante. Muylaert a esto le suma un aire de tensión. La hija de Val, quien a fuerza tendrá que quedarse en la casa de los patrones hasta que consiga un cuarto, es el personaje que genera los clímax y la ansiedad. Por donde pase la adolescente, la dueña la observa con recelo, mientras el esposo la mira con deseo. El hijo de esta pareja toma cierta distancia producto tal vez de los celos (es el hijo que reclama la total atención de su “segunda madre”). Por último, Val es presa de la agitación al ver cómo la hija no asume ese “papel” social dentro de la casa ajena. Una segunda madre se interesa en hacerle una anatomía a los prejuicios dentro de una sociedad de una marcada división clasista. Anna Muylaert se burla de estas. Las ironiza y en casos las pone en ridículo, a medida que reflexiona sobre esa condición maternal, una que para el caso de Val inspira al camino a la redención. 

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