Artículo publicado en Cinencuentro.
El actual cine iraní,
en gran parte, se ha visto influenciado por dos factores. Uno tiene que ver con
un carácter de protesta. Es, por ejemplo, el cine de Jafar Panahi. Un cine
socialmente comprometido, desaprobando la represión que llega tanto del Estado
como de las normativas sociales. Lo segundo tiene que ver con un carácter
humanitario. Es, por ejemplo, el cine de Abbas Kiarostami, no el más reciente,
sino específicamente el de la década de los 90. Un cine sensible que a partir
de la rutina se emergen historias ejemplares. Wednesday, May 9 se podría decir que acoge ambas motivaciones. La
ópera prima del director Vahid Jalilvand narra la historia de un aviso al
público anunciando el desinteresado donativo que irá a nombre de algún
necesitado. Esta será la excusa para descubrir tres historias, cada una
sosteniendo sus propios dramas y a la vez revelando el lado trágico de la
realidad en dicho país.
Jalilvand tiene esa influencia
del cine de Kiarostami en base a cómo un móvil va desmantelando a otros
personajes o historias. No existe un protagonista central. En su lugar existen
personajes que coinciden dentro de un mismo contexto opresivo que genera
frustración. Wednesday, May 9 cuenta
la historia de Jalal, autor del aviso y donante de esa considerable suma de
dinero, y dos mujeres, ambas aspirando a conseguir la donación a fin de curar
sus dramas. La película a medida que va adentrándose en estas tres historias,
va manifestando acciones, comentarios, sucesos que en cierto modo no son
transcendentales dentro de la trama, pero que sin embargo generan una visión
del contexto. Parece ser que no solo son los dramas que viven estas tres
personas las que los ha dañado o sensibilizado. Es más bien un todo. Por
ejemplo, las vivencias que desatan comentarios tiránicos, la vigilancia estatal
siempre mirando con desconfianza o el machismo tan punzante que castiga tanto a
mujer como hombre.
Wednesday, May 9, en respuesta a esto, tiene una postura utópica. Jalal es un
altruista producto de la impotencia de la que fue víctima en un pasado y que no
deja de observarla a través de los demás. Este protagonista es una suerte de
mártir que incluso se inmola aunque no literalmente. Este personaje absorbe la
tragedia ajena, haciéndola suya por su abuso de compasión hacia los
necesitados. Jalal cura a los demás a fin de curar sus propias heridas. Vahid
Jalilvand crea a un individuo que se mitifica a medida que va percibiendo las
angustias generadas por la coyuntura. A pesar de esa presencia benevolente y
desinteresa, Wednesday, May 9 no deja
de expresar el lado dramático. Es por un lado los rezagos de la caridad, algo
que genera tensiones en la vida personal de Jalal. Está también esa
imposibilidad de asistir a todos. No es gratuito que esta filantropía llegue de
una persona común. Es el compromiso estatal aún irresuelto.
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