Cuando se trata de
filmes sobre marineros y capitanes lo que apasiona es ver cómo esa naturaleza
hosca de dichos personajes sirve como herramienta de sobrevivencia para cuando
se encuentren batallando contra las feroces aguas. Es la lucha entre el hombre
y la naturaleza acuática, una a la que no se extermina, sino simplemente se somete
de manera provisional. Es también la afrenta entre navíos enemigos, piratas u
otros mercantes, generándose de esta forma una competencia en donde el mar pone
trabas. No hace mucho estuve viendo El
mundo en sus manos (1952) de Raoul Walsh, en donde vemos a un capitán de barco
interpretado por Gregory Peck mostrando dos rostros distintos. En tierra
enamorando a una condesa rusa, en mar compitiendo ferozmente con Anthony Quinn,
otra personalidad hosca por naturaleza. Demás está explicar por qué el contexto
marino es más motivador que la tierra firme.
En el corazón del mar (2015) es atractiva si la contemplamos con distancia. Es una
historia que va asumiendo nuevos conflictos. Su trama de pronto es tan
impredecible como el mar. En consecuencia a esto, lo único que prima es la
incertidumbre. Ron Howard adapta el relato que habría inspirado a Herman
Melville para escribir Moby Dick. Ese
es de hecho la historia que engloba a la película. Vemos en primera instancia a
Melville entrevistándose con un marinero retirado, uno de los sobrevivientes
del navío Essex. La hostilidad y la resistencia de este último por dejar al
descubierto los sucesos que vivió en sus tiempos de juventud solo corroen aún más
la curiosidad del escritor. Ante la insistencia, el alcoholizado viejo decide por
fin revelar lo que ocurrió con el barco y su tripulación. Se manifiesta así una
historia de un argumento que puede ser dividido en partes. Es la tensión entre un
capitán y su primer oficial, luego la codicia por recolectar la mayor cantidad
de aceite de ballena, más adelante el encuentro/enfrentamiento con una bestia
marina, y finalmente el naufragio y viaje sin rumbo por 3 meses.
Al igual que en otras
películas sobre aventuras marinas, los personajes y la trama de En el corazón del mar están a merced del
océano y de lo que este esconde en sus entrañas. Howard imparte un relato de
sobrevivencia logrado, sin embargo su narrativa secuencial hace que no haya
mucha profundidad en el desarrollo de sus personajes. Es, por ejemplo, para
cuando capitán y primer oficial son presos de la obsesión y la codicia, como
según define la voz en off del
narrador, mas esto no se aprecia debido a que Howard acorta o salta acontecimientos.
De un momento a otro los dos miembros enemistados son cómplices de una acción
que más adelante tendrá trágicas consecuencias. Lo que sí queda claro, y es de
hecho lo más logrado de la película, es cómo el viaje en altamar es filtro que
diluye los prejuicios terrenales. Durante el naufragio a una reducida y
desértica isla, el capitán, encarnado por Benjamin Walker, dialoga con su
primer oficial, interpretado por Chris Hemsworth, con sabiduría. El primero ha
extraviado en algún punto del mar su prepotencia e inmadurez heredado por su inexperiencia
y el apellido proveniente de una familia de bien. Dicha actitud le será marca indeleble
hasta su posteridad.
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