“Nadie ha querido más
a Cuba que yo”; dictó un día Eliseo Alberto, intelectual cubano que tuvo variedad
de créditos, que van desde la literatura al cine, y decidió hacer una carta de
despedida a su amada Cuba en el documental En
un rincón del alma (2016). Su director es Jorge Dalton, hijo del poeta salvadoreño
Roque Dalton, quien en la década de los 70 fallecería a manos de la dictadura
de aquel entonces. Es decir, tanto protagonista como director tuvieron
similares antecedentes. Ambos hijos de eruditos modelos en sus respectivas
naciones sometidas por una dictadura. Dos proles criadas bajo el regazo de una nación
partida y reprimida. En un rincón del
alma es una extensa perorata de Eliseo Alberto, quien hace revisión
personal de la historia de Cuba, previo y durante la Revolución Cubana.
En su transcurso se
citará los instantes gloriosos de la intelectualidad cubana y también el silenciamiento
a estos, la herencia de las tribus africanas Yoruba y herencia soviética impostada
por la Revolución, la isla como medio idílico y, posteriormente, lugar
encallado en el pasado. Es decir, Cuba como síntesis de tradiciones contradictorias;
esa isla que era tan latinoamericana, pero autodenominada un fragmento de la Europa
del Este. En un rincón del alma se
argumenta de modo se pueda concebir un doble rostro, el esquema de las dos
Cubas, la que fue estigmatizada por los revolucionarios como meca de la
perdición y la que estos construyeron. En
un rincón del alma es la voz en off
de Eliseo Alberto y el desfile de registros fotográficos y fílmicos de la Cuba,
maquillando ese carácter nostálgico, que tiene un cierre testamentario; la
unión de las dos Cubas y el renacimiento a la verdadera tradición.
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