Una película que
trasciende por su simpatía. Néstor Frenkel, o alguien que juega el rol del
director, narra su encuentro fortuito con un mundo que le causa curiosidad e
hilaridad (sin reírse). Es un filme documental que aparenta no tener hoja de
ruta, y que se va construyendo en base a su investigación. Los ganadores (2016) toma como centro de atención los eventos de
premiaciones de bajo presupuesto, sobre sus organizadores y sus asistentes, una
serie de encuentros sociales en donde personajes son homenajeados, previa
facturación de sus trofeos y medallas. Es decir; el director argentino se
interna en un universo de personas sosteniendo o dando aires a sus fantasías.
Desde locutores de radio hasta cineastas amateurs, serán galardonados por
eventos que acumulan una serie de rubros, en donde ninguno será perdedor.
Frenkel no deja de
captar la ironía sin dejar de ser complaciente, y es que este se presenta en
calidad de intruso en dicho ambiente en donde romper con el protocolo o la
ficción conllevaría el deceso de muchos egos. Estos “ganadores”, además,
generan un aire de cordialidad. El mismo organizador de uno de esos eventos, a
quien el director más adelante convierte en protagonista, luego de aparentar
cierto hermetismo, no duda en descubrir el escenario que dirige. Después de la
primera parte, en donde la voz en off nos
guiaba entre el descubrimiento de afiches promocionales y videos de YouTube mostrando
algunos de esos acontecimientos, en la segunda parte, a propósito del encuentro
con el protagonista, el director se filtra en una de esas premiaciones. Los ganadores es el internamiento a un
montaje de carácter ocurrente y entrañable.
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