Un nuevo drama sobre las
relaciones nocivas. Al igual que en su anterior película, Queen of earth (2015), Alex Ross Perry recrea la crisis a propósito
de la convivencia, solo que en esta ocasión las víctimas resultan ser
parientes. Golden exits (2017) narra
la desalentadora historia de dos parejas de hermanas sometidas a una rutina
dialéctica que en lugar de sanar alimenta sus pesares y frustraciones. Además
de la acotación de los planos y la gran dirección de actores, es importante
notar que Queen of earth y Golden exists comparten esa idea de
retrato acuñado por el masoquismo emocional. La ruta de tránsito en vía a la crisis,
además de otros trazos argumentales, es lo que las distancia, y de paso las
remite a referentes fílmicos distintos. El retiro, el encierro, visitantes
inesperados y la insanidad mental a niveles del delirio como consecuencia
convierten a Queen of earth en un
homenaje a Roman Polanski. Golden exits,
por su lado, es un tributo al cine de Ingmar Bergman.
En el último filme de Ross
Perry la relación entre hermanas es dependiente de sus dramas íntimos. En sendas
parejas filiales vemos una crisis conyugal y una crisis personal. Observamos
además a la hermana hiriente y la hermana que reprime. Una purga y la otra es
escudo que resiste su propio drama y el de su pariente. Así como en El silencio (1963), Golden exits rebela a hermanas deseando el éxito que la otra
hermana abrazó, en este caso el asentamiento a una vida conyugal que es signo
de estabilidad. Sin embargo, no deja de aflorar el reproche. Lo conyugal es
también rutina de predestinación; más lamentable aún en una circunstancia en
que el matrimonio gesta signos de inseguridad. Existe pues un orgullo, pero que
se vuelca a lo desgarrador. Luce por momentos una envidia disfrazada de admiración.
Se suma además el
resentimiento que deviene del pasado. Los personajes de Bergman penden de lo
pretérito. Su presente angustioso y que los ha convertido en presencias
famélicas son síntomas de sus represiones o memorias no curadas. El personaje
de Chloe Sevigny es la que mejor grafica a la mujer bergmaniana, una psicóloga
asistiendo a su hermana para su dosis de flagelación, mientras que su salud mental
parece estar al ras de la cordura. En complementación, están los personajes
masculinos –desde el padre extinto hasta los esposos–, para Bergman, débiles por
naturaleza y, en cierto modo, castrados, que son en gran proporción la razón
del sufrimiento de las mujeres. Golden
exits genera además un punto medio o catalizador de estos dramas. El
personaje de la australiana convirtiéndose en objeto de deseo y odio. Al final
dando indicio de que en una posteridad sería alcanzada por ese sentimiento de
frustración encarnado por esas relaciones familiares de la que fue testigo.
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