lunes, 22 de enero de 2018

Good time: Viviendo al límite

En su último filme los hermanos Safdie retoman ese encantamiento por los personajes de rutina y oficio degradado que protagonizaban la historia de Heaven knows what (2014). Sin embargo, existe una distinción abismal entre su anterior película y Good time (2017). Mientras que Heaven knows what padece de una trama pasmada y dependiente de una morbosidad suburbana, en su más reciente filme apunta a un cine de género, en este caso, el thriller, gestándose –especialmente en su principio– un dinamismo en su trama. Dos hermanos realizan un golpe a un banco y las cosas se complican. El conflicto llega con anticipo y la acción no parece tener freno; o al menos esa es la impresión que otorga su bien colocada y fundamental banda sonora. Sospecho incluso que sin la música de fondo este filme reduciría considerablemente su nivel de estímulo.
Good time acontece en no más de 24 horas. El encarcelamiento de uno de los hermanos, servirá de impulso para que el otro busque desesperadamente el dinero para pagar la fianza correspondiente. ¿A qué se debe la exigencia de premura en esta búsqueda? Sucede que el encarcelado sufre de leve discapacidad mental. Connie (Robert Pattinson) está a contrarreloj. Mientras más tiempo se encuentre aislado su hermano menor, más son los riesgos de que le pase algo y que además termine en una asistencia mental.  De esta forma los Safdie ejercen presión. El ritmo acelerado está calibrado en base a qué tan cerca o lejos se encuentran los dos hermanos, quienes mantienen una relación de vigilante y protegido. Muy a pesar, por mucho que la acción o la ansiedad teja los contratiempos por los que va pasando Connie, este filme posee una base dramática.
 Tanto la introducción como el final de la película dan por expreso el estado crítico en el que se veía expuesto un personaje: Nick (Benny Safdie). Sin aparecer mucho, el hermano menor es motor de los hechos y gran víctima de la situación, asediado por los antecedentes de una familia disfuncional, al que se incluye su negligente hermano. La ambigüedad de Good time llega mediante el gesto sacrificado de Connie, el de salvar a su hermano Nick para trasladarlo a lo que considera la mejor salida, cuando no lo es. Sin ser un filme social, la película de los Safdie le da un vistazo reflexivo a un grupo de personas arraigadas a un mundo infecundo, en donde “niños” parecen huérfanos, criándose del que está más cerca de ellos, siempre malos ejemplos.

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