miércoles, 6 de junio de 2018

8 Lima Independiente: Good Luck

Ben Russell es un documentalista apasionado por la naturaleza. Sus películas parecen introducirnos a un viaje de aventuras. El hecho es que esa pasión del estadounidense llega a propósito de su interés por sujetos que nos entierran a una rutina propia del lugar, en cierta manera prácticas misteriosas, vírgenes o insólitas. Eso hace del cine de Russell deje de ser un tour y sea más bien una puesta etnográfica. En Good Luck (2017), el director, una vez más, retorna a Surinam a registrar a los buscadores de oro, adicionando a dicho historial un vínculo con el diario de un grupo de mineros en Serbia.
Su película llega a ser una suerte de extensión temática planteada en Deja que cada uno vaya donde deba (2009), en referencia a una práctica laboral que es herencia directa del esclavismo. Los buscadores de piedras preciosas, de aquí o allá, se ven sometidos a condiciones infrahumanas, muchos de ambiciones limitadas. A las rutinas físicas, se intercalan breves declaraciones. Las expectativas de los recolectores están fijas, siempre viéndose en el mismo espacio. Good Luck es un retrato sobre la resignación asimilada en donde personajes parecen reprimir una expresión melancólica. Como el líder de la banda en la introducción, por fuera es jolgorio, por dentro es otra historia.

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