viernes, 3 de mayo de 2019

Nosotros

Las vacaciones de verano de una típica familia estadounidense se convierten en una pesadilla tras la irrupción de un insólito y enigmático antagonista. Nuevamente, Jordan Peele realiza una película de terror con la intención de promover una crítica social lapidaria. Lo cierto es que, a diferencia de Get Out (2017), la raíz del problema que se gesta en esta nueva trama amplía el circuito social al que se cuestiona; eso sí, no dejando en claro que dicho conflicto, al igual que el racismo, es también una realidad que ha trascendido y, por tanto, se ha inscrito en una nación. No es un azar que el filme inicie con el esquema de una madre de familia víctima de las secuelas de un trauma infantil, esto entendido como un precedente histórico nocivo. Nosotros (2019) parece rezar que no existe el terror sin secuelas, no existe una realidad crítica sin antecedentes. Nada es espontáneo, así como tampoco un producto fantástico o consecuente ilógico. Las “apariciones” tienen una razón.
Adelaide (Lupita Nyongo'o) es una mujer que por años ha tenido que convivir con un secreto perturbador. Es la niña que –influenciada por una negligencia paternal– se hizo adulta y aprendió a cohabitar con su trauma, a reprimirlo y asumirlo como parte de sí. Es a través de este historial clínico que Peele va cuestionando a la sociedad estadounidense, criada entre parques de atracciones y fantasías publicitarias como las que observa la niña al inicio del filme, y a la vez asimila realidades que rompen con la lógica de la fantasía americana. Al margen de lo impostado que pueda lucir el retrato de la familia que protagoniza la historia principal, la propia naturaleza es falsa a propósito del tormento que reserva la madre de familia. Pueda que su vida esté rodeada de un disfrute vacacional permanente, sin embargo, ella está convencida que existe algo inusual y terrorífico allá afuera, esa realidad que contradice la suya y hace de su vida un retrato hipócrita.
Ya cuando aparezcan los agentes del caos, Nosotros pondrá en concepto dicha problemática. Tanto los buenos como los malos de esta película son una alegoría a la hipocresía de la sociedad estadounidense, que además es dependiente de los inventos o fantasías sociales. No hay mucha diferencia entre un padre de familia comprando un yate a precio de ganga y un ente que envidia la buena suerte de su “otro”. Ambos seres están movidos por la competitividad capitalista, ésta leída por los enemigos como una igualdad de derechos o privilegios. ¿Y de qué manera es que intentan reparar dicho conflicto los intrusos de esta película? Al mejor estilo estadounidense: mediante un acto simbólico y otro violento. Nosotros, por momentos, está poseído por su propio discurso. Jordan Peele se siente en la necesidad de puntualizar su alegoría, gesto por momentos fatigante e incluso innecesario. Nosotros, así como lo fue Get Out, es también una película referencial. Desde La invasión a los usurpadores de cuerpos (1956) hasta las slasher que son contenedores de asesinos que están entre lo real y lo fantástico, son pautas en este filme que en muchos momentos resulta familiar.

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