Claudia Sparrow nos
presenta el recorrido de la lucha de Máxima Acuña por defender su terreno
contra la Newmont Mining Corporation. La directora se remonta a los principios
de la disputa hasta el caso llevado al ámbito de la Corte Suprema. La
incidencia hace una remembranza al relato de “David y Goliat” tomando como
contexto los Andes peruanos. Es la campesina versus el socio mayoritario de
Yanacocha, la mina de oro más grande de Latinoamérica. El presente documental
testifica un combate desigual, un ejercicio de la intimidación promovida por la
corporación que despliega una red de corrupción e impunidad, y de paso define los
mecanismos de poder que pasan por encima de los derechos humanos y las defensas
medioambientales. Máxima (2019) hace
un panorama del estado de desamparo al que se expone un ciudadano que frustra
los intereses de un organismo privilegiado en terreno ajeno.
Si bien se define un derrotero
sobrecogedor que por momentos parece recaer únicamente en la protagonista,
Sparrow no vulgariza la figura de Acuña gestando en ella un estereotipo con la
finalidad de fabricar una compasión adicional. Máxima no opta por un falso dramatismo. Cualquier gesto de
estimación será producto de la imagen que la misma activista medioambiental se
ha venido construyendo. Caso contrario, cualquier ánimo de desazón que provoque
el asunto será en razón a las acciones ejecutadas por el infractor. La película
de Claudia Sparrow no se inclina a la ficcionalización con aspiraciones a incrementar
una agonía. En consecuencia, se vale de hechos concretos como los comentados
por Acuña, además de otros testimonios de ex colaboradores de la minera, así
como otros activistas y personalidades que han venido siguiendo de cerca este
largo episodio provocado por la negligencia minera dentro del Perú.
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