El romance entre dos
adolescentes se ve tempranamente frustrado y con ello la historia de la
directora Alice Furtado se torna difusa. Tras un giro de la trama, Sin tu sangre (2019) pierde un sentido
coherente. La búsqueda de la protagonista es imprecisa. El nuevo entorno y los
nuevos personajes son exóticos en más de un sentido. La atmósfera se reclina a
lo sórdido provocando una contraposición con el contexto propiamente
paradisíaco. Es decir, existe una serie de comportamientos y elementos que no
hacen más que estimular una situación enigmática. Lo único preciso de la
película es que el melodrama ha sido dejado de lado y la historia ha transitado
a un terreno fantástico, aquel que hace remembranza al Haití que Hollywood
fundó en películas como White zombi
(1932) o Yo anduve con un zombi
(1943). El simbolismo del vudú, el ámbito patológico y el comportamiento
delirante se encuentran y se comportan como únicas pistas para interactuar con
la dramática. Alice Furtado reserva celosamente el camino de la trama con el
fin de crear un gran nuevo giro. Lastimosamente, esa misma discreción funciona
también como un boicot para su ópera prima.
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