Ni buenos ni malos.
Los personajes de Spike Lee están en la frontera del cinismo o el aprendizaje
cuando se trata de posturas éticas. Paul (Delroy Lindo) resumiría el modo cómo
el director observa a la sociedad; siempre cambiante en base a su conveniencia
o estado de ánimo, a veces cuerda, a veces traumada, siempre prejuiciosa y,
sobretodo, codiciosa. Da 5 Bloods
(2020) parece un retorno a 25th Hour (2002),
una reflexión sobre cómo el dinero persuade y corrompe al punto de atentar
contra la moral y los lazos de hermandad. En la última película de Lee, tenemos
la historia de un grupo de veteranos afroamericanos de Vietnam regresando al
escenario de combate. Esta iniciativa, en principio, parece tener una razón que
se rinde ante la memoria de un amigo caído, lo que de paso sería el cimiento de
una fuerte hermandad que existe entre estos personajes, pero después nos damos
cuenta que la verdad de las cosas son otras. Esa “falsa” hermandad, no es más
que una excusa para una motivación personal. Este es el panorama de una trama
en donde vemos el precio de esa traición.
Da 5 Bloods inicia con una introducción histórica que hace remembranza y
cuestionamiento a la política bélica estadounidense durante la Guerra de
Vietnam, en la que la comunidad afroamericana resultó ser la más afectada,
obligada una gran proporción a ir al frente, a pesar de que históricamente se
les negó o limitó los derechos humanos. Se diría que estas protestas son las
bases por las que sus protagonistas se formaron, aquellas que construirían su
ideología o postura respecto a la nación a la que pertenecen; lo cierto es que
no necesariamente. Tenemos a personajes que fueron instruidos por Stormin’
Norman (Chadwick Boseman), el soldado ausente que fue gurú y objeto de
inspiración para el grupo de ex combatientes negros por sus posturas fraternas
hacia los suyos, pero eso no implica que acogieron o aplicaron esa doctrina.
Posiblemente, así fue hasta cierto punto. Y es que Lee es consciente de que la
historia, o el proceso histórico, entendido como coyuntura, hace virar a nuevas
decisiones, algunas que hasta incluso contradicen nuestros viejos discursos.
Este grupo de sobrevivientes no está ajeno a esa ley.
Vamos viendo entonces
a protagonistas que cambian de parecer o posturas como quien cambian de ropa
interior. Y esto también recae en el resto de personajes. Desde una perspectiva
o circunstancia, los vemos indefensos, sin embargo, las motivaciones cambian cuando
el contexto es otro. Una cosa es hacer amistad en un bar vietnamita y otra en
una selva vietnamita. Comparemos esas dos escenas. Son la misma pareja, en
ambos coquetean, pero las motivaciones son distantes. En Da 5 Bloods supura la hipocresía, la doble moral, el aventajamiento.
Muy a pesar, también están los momentos de reflexión, humanidad, la
solidaridad, ese reconocimiento o empatía respecto a ese “otro”. Somos testigos
de cómo los rencores de un enfrentamiento para muchos es solo un mal recuerdo.
No hay resentimiento; eso es prueba de madurez. Claro que también están los que
todavía tienen pesadillas con ese conflicto. En consecuencia, Spike Lee no los
niega ni tampoco los desprecia. Habrá mucha contradicción o falsedad en sus
personajes, pero hay un gesto compasivo hacia ellos. Es por esa razón que muchos
cobijan un rastro de redención. La pregunta es: ¿cuántos de estos se redimirán
en valor a la hermandad global?
Pueden ver también un video ensayo sobre el cine de Spike Lee: http://bit.ly/2NE8F8U
Pueden ver también un video ensayo sobre el cine de Spike Lee: http://bit.ly/2NE8F8U
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