martes, 16 de noviembre de 2021

7 Semana del Cine ULima: Entre dos amaneceres

Lograda ópera prima del turco Selman Nacar. La historia y el modo cómo este director construye el drama me recuerda al cine de Asghar Farhadi. Este es un relato que poco a poco va acumulando la angustia a partir del seguimiento a su protagonista, un hombre íntegro que se irá desmoronando ante una serie de acontecimientos y revelaciones a raíz de un incidente laboral. Between Two Dawns (2021) sigue a Kadir (Mucahit Kocak), el hijo más joven que colabora fortuitamente en el negocio familiar, una fábrica que produce telas. En principio, Nacar nos ofrece la imagen de una familia próspera y muy comprometida a su entorno de trabajo. Este escenario se desnivela para cuando uno de sus trabajadores resulta herido a causa de una de las máquinas. A partir de entonces, la historia se concentra en evaluar la situación desde la perspectiva del joven Kadir. Es a propósito de este personaje que se va construyendo un perfil ético. Las inquietudes del hijo menor atienden a un compromiso desinteresado para con el injuriado. De esa manera es que se difumina un posible prejuicio respecto a que estamos ante un empleador prepotente. En su lugar, y hasta ese momento, tenemos a la familia de Kadir ansiosa ante la posibilidad de una acción oportunista por parte del empleado hospitalizado.

Nacar comienza a diseminar la angustia. Esta es la antesala a las reacciones de unos personajes anticipándose a los hechos, los cuales lo pintan como catástrofes. En extensión, el nerviosismo desestabiliza la tranquilidad y los planes del más joven. Formidable secuencia en donde Kadir tendrá que asistir a un compromiso sentimental. Hasta no hacía mucho, confrontaba a la familia del empleado herido. Habrá salido vivo del incendio, pero en la casa de su novia el sonido de la alarma no cesa en su cabeza. Nos compadecemos de este personaje, tomando en cuenta de que es el más piadoso y coherente de la familia. Es, sin embargo, al que vemos más inquieto. Es importante tomar en consideración que todo este acontecimiento sucede en el transcurso de horas. Between Two Dawns es el vuelco en la vida de Kadir y el resto de los implicados. El destino de todos está en suspenso. Ahora, definitivamente, es hacia Kadir con quien el espectador empatiza más, considerando las eventualidades que su familia predice, y tomando en cuenta el perfil y respaldo ético del joven. Pero, claro, siempre estamos observando únicamente desde la perspectiva de Kadir.
Un giro acontece en Between Two Dawns y con ello se derrumba ese único sostén del protagonista de la película. Kadir reformula su perspectiva ante el cambio dramático y su intranquilidad aumentará severamente. Estamos ahora ante un dilema moral. Eso que alimentaba la esperanza del joven de la familia, ha sido mancillado. La historia cambia a la de una traición hacia los principios de Kadir. Desde entonces, todo es impotencia y un descenso cuesta abajo que es irreversible. A Kadir no le queda más que contemplar cómo es que las cosas comienzan a funcionar sin una mediación ética. El dilema es: ¿seguir siendo fiel a sus principios o dejarse arrastrar por las consecuencias de un accidente que incluso él mismo no motivo? Selman Nacar no solo nos narra el proceso acelerado de un derrumbe personal, sino también el testimonio de una negligencia cedida de la cual su protagonista se verá injustamente implicado. Between Two Dawns es la historia de un delito que tendrá que cargar el más noble de una familia, una injuria que, en efecto, revertirá toda esa imagen que en un principio irradiaba dicho negocio familiar.

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