Lo más atractivo del documental de Sara Dosa son las imágenes que selecciona de toda esa fuente fílmica que dejaron los vulcanólogos Katia y Maurice Krafft. Esta es una película que por sí sola ya genera goce desde su recurso visual. Hay muchas texturas, colores, contrastes; no solo entre los colores, sino también consecuencia de la correspondencia entre el objeto y el fondo. Son varias las secuencias en donde vemos cómo la naturaleza volcánica se figura titánica en relación con la presencia de “hormigas” de los científicos. Es una película que retrata una confrontación indirecta, el de los humanos versus la naturaleza indómita, solo que en este caso no existe el deseo humano de dominar, sino de contemplar. A pesar, Fire of Love (2022) opta por no excavar en esa mentalidad o fascinación de los estudiosos hacia esas reacciones de las entrañas terrestres. Dosa se orienta a crear una biografía de los Krafft y su relación con los volcanes. En tanto, en su trayecto, se limita a reconocer o a hacer apuntes sobre la filosofía de sus protagonistas. Es decir, se niega a inspeccionarlos. La directora parece estar modulada por su función de investigadora. Es como si el hecho de valerse de todo ese found footage, que no es de su propiedad, la priva de no querer interpretar más allá de lo mencionado por los Krafft. Tal vez, al igual que Werner Herzog, es consciente de que está tratando con dos orates, pero no se anima a decirlo o profundizar al respecto.
lunes, 5 de diciembre de 2022
Disney+: Volcanes: La tragedia de Katia y Maurice Krafft
El estreno de The Fire Within:A Requiem for Katia and Maurice Krafft (2022), de Herzog, coincide con el
de Dosa. Son dos documentales que hacen un tributo a los vulcanólogos, aunque
cada uno asumiendo una ruta muy distinta del otro. Sabemos de los antecedentes
del director alemán, un vicioso de los dementes como él que se atreven a
confrontar la naturaleza en su estado caótico e impredecible, y que además
habitualmente nos descubre un filtro poético innato que nace de ese panorama
lleno de hostilidad y que no deja de hacerte recordar sobre la mortalidad
humana. Eso sucede en The Fire Within. En Fire of Love, el
resultado es más tradicionalmente romántico. El de Herzog también lo es, aunque
en un sentido impetuoso y autodestructivo. Ambos documentales se abren con las
grabaciones en los alrededores de ese volcán japonés que fue el último lugar
donde se les vio a los vulcanólogos. Mediante esa introducción, Herzog pone en
marcha su película con la premisa “la vez en que se les terminó la suerte a los
científicos”. Comienza a revisar las expediciones en donde se salvaron. Dosa,
en su lugar, se remonta desde los primeros antecedentes, la infancia por
separada y luego la unión de la pareja, sus primeros trabajos juntos y el posterior
ascenso de ambos dentro del oficio. Todo es cronológico.
Dosa se inclina por una narración
tradicional. Juega el rol de investigadora, historiadora o biógrafa no
insidiosa de estos héroes. Herzog, fiel a su estilo, incluso parece insinuar
que son sujetos moralmente contradictorios. Eso de concientizar los peligros de
vivir cerca a un volcán y el convivir con los volcanes por la sola satisfacción
de ver cómo la lava embellece a la superficie terrestre, son dos ideas que
simplemente no deberían ir juntas. Herzog agrega que los científicos en algún
momento perdieron la brújula de la ciencia para asumir más bien las riendas de
directores de cine extasiados por capturar la belleza natural desde sus cámaras.
Definitivamente es así. Y lo curioso es que las imágenes de Fire of Love
refuerzan aún más lo que menciona el alemán. The Fire Within no goza del
archivo que sí posee Dosa. Sería muy estimulante combinar las imágenes de la
directora con la propuesta narrativa del alemán. Werner Herzog es un director
que cuenta con una tremenda sensibilidad para con ciertas imágenes que, por sí
solas, son poéticas; en tanto, la intromisión de su voz en off apenas
sirve de guía, pero sin privarse de sembrar más poética, sobre todo la de
tendencia irónica. Es filosofía alemana. La voz de Sara Dosa, en cambio, no
irrumpe su función de cronista de segunda mano. Podría decirse incluso que su tarea
informativa a veces degrada el clímax de sus imágenes. En gran parte, toda esta
documentación fílmica de los Krafft dice, sugiere y contamina mucho de esa
pasión por sí sola.
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