jueves, 26 de julio de 2012

Valiente

Artículo publicado originalmente en Cinespacio.

Seamos objetivos. Dos son los estudios de animación quienes lideran el mercado en la actualidad: Pixar y Dreamworks. Blue Sky Studios –hasta donde sabemos –ha puesto fin a su serie de La Era del Hielo; eso quiere decir que existe la posibilidad que se encamine en vía de retiro, a menos que por ahí halle una nueva serie que se encuentre al margen de la competitividad que anualmente rivalizan tanto Pixar como Dreamworks; estudios que en cierta forma no promueven una competencia de productos iguales. Aquí no se trata de escoger entre una Coca-Cola o una Pepsi. Desde la aparición de Toy Story (1995), Pixar ha sido creador de una serie de filmes que han escarbado más allá de la superficialidad temática, e incluso narrativa, visto en Monsters Inc. (2001), Los increíbles (2004) o Up (2009), por tomar algunos ejemplos. Por otro lado, Dreamworks, sin ser devaluado, se ha encaminado por usar argumentos más livianos y afectivos, lo que los ha impulsado a los seriales, tales como Shrek, Madagascar o Kung Fu Panda.

Pixar y Dreamworks, por poner una comparación apresurada: uno es agua y la otra bebida edulcorada. Distintas, pero ambas sacian la sed, una que por cierto halla su punto de distinción en el juicio del público adulto –vamos a obviar solo en esta oportunidad la opinión de la crítica–. Pixar ha sido espacio ideal para que un público abstemio de una continuidad de gags en animación, pueda disfrutar de un cine que posee un tratamiento más subjetivo, ello sin dejar de ser infantil. Es decir, una oportunidad para los padres al fin disfruten de la película mientras llevan a sus niños al cine. Punto aparte. Ahora; no hace mucho Dreamworks ha presentado Madagascar 3 (2012), mientras que por el lado, Pixar se encuentra estrenando Valiente (2012), dirigido por Mark Andrews, creador del corto Pixar El hombre orquesta (2005) y creativo de otros productos del mismo estudio, y Brenda Chapman, co-directora de El príncipe de Egipto (1998) y colaboradora de distintos filmes de los estudios Disney –entonces, antes de asociarse a Pixar –. Es decir, Chapman es una directora que ha bebido de un río distinto a la creatividad Pixar. Uno más clásico, más orientado a lo tradicional.

Valiente (permítanme el exabrupto) “a ojos cerrados”, pareciera un filme creado por la Disney en sus tiempos aún gloriosos. Un filme que sigue una trama basado en estereotipos y tópicos de leyendas o incluso hasta cuentos de hadas. Merida es una adolescente que se niega a asumir su destino como princesa, uno impuesto por su madre, la reina Elinor. A propósito de esto, los hechizos de una vieja bruja irrumpen en la historia provocando una odisea, la de revertir el hechizo, el mismo que promueve una serie de infortunios y dilemas que la aspirante a princesa tendrá que solucionar. El contexto es la antigua Escocia, la que incluye una serie de personajes tales como el Rey que vive resentido de una antigua afrenta con la “bestia” que habita en el mismo valle, los “machonescos” líderes de las castas vecinas y un trío de niños traviesos quienes ponen gran parte del humor en la película. La “mano” de Chapman parece manifestarse a medida que la película avanza y a su vez no agrupa suficientes acciones como para amenizar el suceso. Fuera de los personajes, hay además dos evidencias muy arraigadas al tratamiento clásico, tales como la voz en off, cual narración del personaje principal que nos introduce a la historia, además de un par de acompañamientos musicales que se adjunta a la misma o nueva rutina de los personajes.

Este año, en cierta manera, no hay necesidad de pensarla mucho antes de “elegir la bebida adecuada”. Caras tristes o aburridas de padres de familia se verá en las tenues salas de cine. Valiente no consigue la creatividad e ingenio necesario para colocarse al margen de las otras creaciones Pixar. Vale aclarar también que esta película no es mala. Lo que sí puede ser es que Valiente se convierta en una decepción por ajustarse a un ritmo ajeno al que los estudios correspondientes nos han tenido anualmente en expectativa. Cars (2006), en cierta forma, no es lo mejor de la corporación, sin embargo, se sostiene bajo una misma dinámica, hilos temáticos, bromas ingeniosas, agilidad narrativa. Valiente, su último filme, no se halla dentro de esta dialéctica, en lugar de eso, es de un genio tradicional, casi en un sentido pasadista y reconocido. Sin embargo, existe un trasfondo de esta película que llama a la curiosidad. Es cierto que Merida se convierte en la primera heroína Pixar. Valiente es además un filme de un discurso feminista, algo que desde otra perspectiva se responsabiliza más a la coyuntura en Hollywood, sobre el concepto aún gestante de la “nueva heroína”; amplio tema que es preferible incluir en un nuevo artículo.

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