jueves, 19 de junio de 2014

Pasión Inocente (o Breathe In)

Una de las bondades de Like crazy (2011), drama romántico realizado por Drake Doremus, era que a pesar de plantear un fuerte romance entre dos adolescentes (luego, transitando a la madurez) separados contra su voluntad, no recrea ni provoca una suerte de dramatismo saturado. Doremus calcula y ajusta las emociones. Los amantes sufren, aunque “pisan tierra”. Dentro de la trama no hay espacio para locuras o sacrificios desmedidos, esos que transitan a la relación perfecta o al mismo happy ending. Esto mismo resuena en Breathe in (2013), último filme de Doremus, que nuevamente pone como protagonista a la joven Felicity Jones en su papel como Shopie, una estudiante de intercambio de origen inglés que será cobijada por una familia estadounidense habitante de los suburbios. Ahí conocerá a Keith (Guy Pearce), padre de familia, esposo incomprendido por su cónyuge y músico frustrado, con quien comenzará a forjar una relación a partir del mutismo, la soledad y esa misma frustración por ese arte que induce en ellos a una libertad restringida. Shopie obligada a dominar el piano a fin de reparar su orfandad biológica, Keith enseñando para una escuela a fin de mantener a su familia. Este será el precedente para el romance, uno que se creará con sutileza, casi por sí solo. Breathe in más que una historia sobre una infidelidad, es una drama sobre el fracaso (el real o el posible a llegar). La virtud en Drake Doremus está en la franqueza de los hechos. Hay un realismo antepuesto al “cuento de hadas”.

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