miércoles, 9 de julio de 2014

El hombre duplicado (o Enemy)

Denis Villeneuve gusta de las tramas de dramática realista, aquellas que manifiestan el lado oscuro de lo humano, y, en respuesta, una cara benevolente que reacciona con misericordia. Es pues en Polytechnique (2009) el adolescente frustrado ante una masacre que no pudo detener, en Incendios (2010) el drama de una hija sufriendo el tortuoso pasado de su difunta madre, mientras que en Prisioneros (2013) un detective comprometido a encontrar a dos niñas secuestradas. Todos estos casos envueltos en una serie de hechos sombríos. Pero lo cierto es que Villeneuve es deficiente al momento de impulsar dichas historias. De pronto el peso dramático descansa solo por el punto de partida de la trama como por la ambientación caótica que promueve (el estado anímico es de lejos lo mejor del canadiense), más no por la sucesión de los hechos. Villeneuve se vuelve casi un coleccionista de titulares amarillistas. Tiene la atractiva historia, pero no la habilidad para replantearla por sí solo. Hay una dependencia del drama; asistir al enfoque real trágico. Caso Prisioneros, compone de manera efectiva el género thriller, más su habilidad detectivesca se degrada al obedecer más a los fallos dramáticos, a la vez que se explaya en la resolución de un crimen predecible.
Enemy (2013), por su lado, se aparta de este énfasis de temática tabloide. El directo retorna a una fascinación de su filmografía temprana: el cine de lo absurdo. Se manifiesta en Maelstrom (2000) donde un pescado agonizante narra la historia de dos amantes, como también en su cortometraje de corte satírico Next floor (2008) en donde un grupo de snobs deleitan un bizarro banquete. El hecho es que para ambos filmes, lo absurdo no prevalece. Es decir, no es central en su película, sino apenas un recurso para dirigir la trama que va sucediendo. Lo mismo ocurre en Enemy. El (des)encuentro de dos personajes físicamente iguales es tema central del filme. Son sus reacciones abismalmente opuestas las que generará el drama, siendo lo absurdo apenas un síntoma de las consecuencias. Vamos por el principio. Adam, un profesor de Historia, y Anthony, un actor de baja monta, serán en apariencia “el hombre duplicado”; muy a pesar, ambos denotan naturalezas contrarias. Se manifiesta así el juego de la dualidad, obsesión de muchos autores, tanto literarios como fílmicos; y Villeneuve parece no ser ajeno a dicha obsesión, no por este filme, sino porque ya en sus anteriores películas ha mostrado la doble cara de la humanidad.

Adam y Anthony son el gemelo bueno y el gemelo malo, respectivamente. Como si se tratase de una novela policial-gótica, la ambientación en Enemy es turbia, de fotografía tenue y una musicalidad sombría que hace que frustre más el espíritu del gemelo bondadoso y malintencione aún más al gemelo perverso. Villeneuve volcará esto a fin de promover la paranoia y el desorden mental. Para Adam, el descubrimiento de su doble significará un quiebre emocional. Es el estado de pánico y turbación sobre las consecuencias malignas que podrían desatar dicha revelación. Para Anthony las cosas más bien se contemplan desde un ánimo opuesto. El encuentro con su doble será su acceso hacia la liberación de lo maligno. Una especie de licencia para delinquir a fin de aprovechar la situación. Es una simulación al razonamiento de “Doctor Jekyll y señor Hyde”. Un individuo, dos formas de comportamiento distinto; siendo el lado malvado el que toma las riendas de la relación. Es el puente entre amo y sirviente, ley obedece el filme. Anthony hostigando a su gemelo, luego sometiéndolo a su malévolo plan. Mientras que Adam, indirectamente, encubriendo a su gemelo malvado.
Un detalle complementario es el oficio de Anthony. Actor, es decir, está en su naturaleza fingir ser otro. Antes de su encuentro con Adam, la doble vida de Anthony siempre fue latente. Una muestra de ello es por ejemplo su relación con una hermandad oculta o su ensayo frente a un espejo, este elemento que infiere a la doble personalidad. Por su lado, Adam, hombre de Historia y lógica filosófica, siempre ha caminado por la vía de lo empírico. En su vida no ha habido simulaciones ni apariencias. Ya con la llegada de Anthony, la lógica se ha quebrado y su discurso racional se ha visto frustrado. Es cuando lo real comienza a diluirse y lo absurdo se hace presente. La manifestación de arácnidos gigantes como una especie de síntoma mental. La tarántula es a la simbología fetichista del miedo, en principio revelándose a nivel onírico, para luego filtrarse a lo real. Es entonces cuando la rutina de Adam ha sido replanteada a costas de un suceso de poca lógica. Enemy es por el momento lo más interesante que hasta ahora ha realizado Denis Villeneuve.

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