martes, 12 de agosto de 2014

18 Festival de Lima: Gente de bien (Sección Oficial Ficción)

Una de las bondades de la ópera prima del colombiano Franco Lolli tiene que ver con la negación al estereotipo social impuesto, casi canónico, sobre las clases sociales fijadas en un contexto claramente desequilibrado. Gente de bien (2014) narra el desencuentro entre la carencia y la abundancia, siendo esta última la benefactora y complaciente. María Isabel (Alejandra Borrero) es pues la madre de familia que se verá conmovida por el hijo de uno de sus trabajadores, Erick (Brayan Santamaria), un pequeño de diez años, quien será una especie de experimento sobre la alienación. Desde que el niño ha ingresado al hogar de la mujer, este ha comenzado a ser receptor de un estilo de vida totalmente distinto al suyo.
La vestimenta, los tiempos de juegos, el ingreso a la intimidad ajena y confortable, además del trato que recibe como un igual más, van forjando en Erick un nuevo individuo. El pequeño parece ajustarse a la rutina de la clase alta, algo que por ejemplo su padre rechaza tal vez por orgullo o enajenación. Ya más adelante, la fantasía se diluye. Gente de bien expone su posición sobre la división de clases, una que parece estar destinada a siempre estar fragmentada a pesar, en este caso, del paternalismo de la clase alta. La película se resuelve de una forma que da a interpretar una realidad fatalista. Está en la naturaleza de la clase baja convivir con lo trágico.

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