jueves, 27 de octubre de 2016

14 Festival de Morelia: Todo lo demás

Todo lo demás (2016), de la directora Natalia Almada, es una lectura a Jeanne Dielman (1976). En el filme mexicano veremos a la actriz Adriana Barraza inmersa en la rutina de una solitaria empleada pública. Los espacios que recorre en su mayoría son lugares públicos; es decir, áreas abarrotadas por una gran colectividad. A pesar de esto, vemos a la protagonista luciéndose extraviada en el vacío. Su interacción con el resto no se ajusta más que a lo acostumbrado. Tendrá que suceder un acontecimiento en la intimidad de la mujer para que recién ponga atención a esa carencia. Entonces se mantendrá en vela y atenderá más a ese sueño recurrente (o tal vez pesadilla), se maquillará, se esforzará por interactuar con el mundo.
Así como en el filme de Chantal Akerman, en Todo lo demás la angustia habla sin mediar tantas palabras. La afección del filme, sin embargo, se ve cuando la directora se dispone de los atajos que harán más “palpable” dicha angustia. Esto, lastimosamente, sucede desde el principio de la película. Un gato, los programas anticuados en la televisión, la lluvia, los mismos sueños. Natalia Almada se ve además en la obligación de revelar algo de la coyuntura de su país. Es esa necesidad por responder a una colectividad; en este caso, gesto innecesario dentro de un mundo que apuntaba a la gráfica individual.

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