lunes, 7 de noviembre de 2016

Semana del Cine: Hedi

La Universidad de Lima organiza del 5 al 12 de noviembre la Semana del Cine que trae una programación de películas nacionales e internacionales. Habrán también conversatorios; todos los eventos a realizarse de forma gratuita en el campus universitario. Iniciamos comentando su película inaugural. 

Para el año 2010 distintas sociedades de los territorios árabes se levantaron contra las dictaduras sometidas por sus gobiernos correspondientes. La conocida “Primavera árabe” tuvo sus primeros éxitos en los países de Egipto y Túnez. En este último a dicho período se le conoció como la Revolución de los Jazmines. Constantes y masivas marchas (además de la presión de las políticas y medios occidentales) obligaron al gobierno de turno demitir. Para el año 2011, Túnez ya era un país liberado de la opresión y el conservadurismo. La historia de Hedi (2016) se desarrolla a posterior de este acontecimiento. El filme de Mohamed Ben Attia tal parece localizarse años posteriores a la primavera árabe. En una escena, su protagonista principal la cita como un evento trascendental aunque lejano. Hedi (Majd Mastoura) es un hombre de veinticinco años que es parte de esa generación que se levantó en favor de los derechos de la nación tunecina. Su vida, sin embargo, parece estar aún estancada a la dictadura a la un día que se enfrentó.
Es interesante hacer una lectura comparativa del filme de Ben Attia frente a As I open my eyes (2015) de tunecina Leyla Bouzid. Aquí el contexto sucede a vísperas de la primavera árabe. En esta misma veremos cómo las ambiciones artísticas de una adolescente son frustradas ante las normativas gubernamentales y de paso por su círculo matriarcal. Desde un punto de vista coyuntural, las vicisitudes que envuelven a la joven están dentro de lo usual; muy a pesar, estas circunstancias no parecen ser distintas a la rutina de Hedi, un adulto aún criado bajo los comportamientos dictatoriales, en este caso, de una madre que programa y restringe la libertad del  menor de sus dos hijos. Hedi podría ser entendida como una proyección a una sociedad rezagada al aun asumir las dinámicas de un gobierno que se entromete y frustra la libertad de decidir. Hedi, en tanto, está a la línea de lo que su madre y hermano mayor planean para él. Sus ambiciones y esperanzas (tal vez contempladas con optimismo durante la marcha revolucionaria) se verán encendidas al conocer a una mujer; símbolo de libertad que ansía acoger.
Una coincidencia de las películas de Bouzid y Ben Attia es ver a un protagonista femenino desatado de los complejos machistas y conservadores que usualmente suscita la cultura árabe desde una perspectiva occidental. Ante esto, puede que haya un compromiso generacional en los jóvenes cineastas de Túnez por desmitificar ciertos estereotipos a partir de las figuras más amordazadas, culturalmente y socialmente hablando. En ambas historias vemos a mujeres yendo a contracorriente, sea de su propio contexto o ante el contexto correspondiente de su coprotagonista. Existe una necesidad de crear una polaridad en donde la mujer avala por la libertad de expresión y en respuesta el conservadurismo se estremece o encandila, caso el de Hedi, filme que pone en constancia que la Revolución de los Jazmines, así como cualquier otra revolución, no es espontánea para todos. La vida de Hedi pueda que no tenga un cambio sustancial, sin embargo, ya hay un indicio que solo el tiempo podrá resolver.

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