Artículo publicado originalmente en Cinencuentro.
Bajo la influencia (2016) es una suerte de álbum videográfico producto de un viaje personal. La directora Karina Cáceres nos introduce al filme con unas palabras que se elevan a un sentimiento bucólico, a propósito de un hartazgo y la búsqueda de una renovación. De inicio a fin, la película se estructura mediante brevísimas secuencias de ese desplazamiento moviéndose entre naciones y culturas familiares.
Bajo la influencia (2016) es una suerte de álbum videográfico producto de un viaje personal. La directora Karina Cáceres nos introduce al filme con unas palabras que se elevan a un sentimiento bucólico, a propósito de un hartazgo y la búsqueda de una renovación. De inicio a fin, la película se estructura mediante brevísimas secuencias de ese desplazamiento moviéndose entre naciones y culturas familiares.
La articulación por las que estas series se ven encadenadas
tiene en ocasiones una leve correspondencia, sea temática, visual o sonora. Bajo la influencia no cuenta con una
sincronía ni con más oralidad que pueda orientar sobre lo que vamos observando.
No existe tampoco un eje riguroso o predilecto por la que se sienta motivada
esta travesía incesante. Karina Cáceres
se somete a una expresión libre e íntima. Interpretar más allá, tal vez sería
falsear el contenido del filme.
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