sábado, 10 de junio de 2017

VIII Al Este de Lima: El santo

La crisis económica ha golpeado a la nación lituana, y pronto los síntomas de esa ruina se van manifestando en un padre de familia. Luego de ser despedido de su trabajo, este personaje ocupará gran parte de sus horas dormitando entre su cama y su mueble y encontrándose con amigos, mientras no deja de abrasar la idea de recuperar de manera intacta su anterior vida. El director Andrius Blazevicius narra la historia de un hombre inmerso en un contexto que fracasó y que ha sido arrastrado a la desidia. Es curioso, y hasta cierto punto inconsecuente, el comportamiento de este personaje que no haya impulso, a pesar de observar la motivación.
De pronto, el protagonista se verá corto ante cualquier situación. Él intentará llenar sus días mediante rutinas de ejercicios, e incluso buscará a una amante. Es como si quisiese recuperar esa masculinidad castrada. El santo (2016) es un retrato sobre la impotencia. Blazevicius, más allá de crear a aspirantes a suicidas, grafica a una sociedad formando a una legión dependiente de un falso optimismo o que se da al abandono. Lo que nunca se llega a cuajar es la ¿metáfora? de ese “santo”, que, forzada, luce como el preámbulo a una etapa insensata, de la fe ya no invertida en lo real, sino en lo abstracto.

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