lunes, 12 de junio de 2017

VIII Al Este de Lima: Zoológico

Natasha (Masha Tokareva) es una mujer ya madura, solitaria, viviendo con su madre y sufriendo las bromas que le hacen sus compañeras en el área administrativa del zoológico en donde trabaja. Las cosas cambiarán a raíz de un hecho absurdo y grotesco –aunque plausible en el universo de David Cronenberg–, lo cual antepondrá a su protagonista a una renovada vida, pero también hacia dos realidades a las que hasta ese momento, como ciudadana promedio, no había experimentado, o hecho caso. Zoológico (2016) no parecería una película rusa, de no ser por su crítica objetiva hacia la normativa social. Ivan Tverdovsky nos enreda en una comedia provocativa y risueña, y un romance simpático y espontáneo, que no deja de ser fastidiado por el protocolo médico y el imaginario del cristianismo ortodoxo, de unas pautas folclóricas al nivel de un paganismo arcaico.
La nueva vida de Natasha parece ser una balanza emocional. Su “mal” le ha alimentado de un prejuicio y obligado a lidiar contra una ridícula burocracia, pero, por otro lado, le ha abierto al amor y a la liberación de ciertas pautas inconcebibles en su etapa estancada a una realidad sin motivación. Zoológico da panorama de una fantasía jubilosa, pero siempre la realidad, una agria, lo hecha a perder. Aquí lo cotidiano perturba más que lo irregular, frustrando el clímax y los momentos gloriosos que la protagonista nunca antes había experimentado. Ivan Tverdovsky emula un “cuento de hadas” en un tiempo en donde los príncipes visten de bata blanca y la princesas rompen con los cánones de belleza, y, obviamente, todos dependen de la opinión final de un médico o un sacerdote.

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