Una película sobre la
amistad encurtida. La ópera prima de Natalia Santa retrata a un trío de
personajes maduros, abrazando los juegos de mesa y charlas durante la
nocturnidad como rutina central. La defensa
del dragón (2017) avanza con levísimos conflictos. Es más bien un filme
destinado a la presentación de personalidades que se relacionan entre sí, a
pesar de la aparente disparidad. Estos tres amigos tienen sus propias vidas y
complejos, lo que gesta por instantes roces entre sus miembros, además de
algunos percances que le disponga su entorno. Es mediante ello que se descubren
las frustraciones y fracasos en cada uno. La película tendrá como meta
empujarlos a una resolución complaciente. No hay más.
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