lunes, 30 de octubre de 2017

29 Festival de Cine Europeo: Tarde para la ira

Cuando parecía la historia de un hombre generándose un lío producto de un affair, la trama nos vuelca a un thriller en donde ese mismo hombre pasa de ser agredido a agresor. Tarde para la ira (2016), de Raúl Arévalo, tiene como atractivo a un vengador de apariencia apacible, aunque implacable. Es el individuo cotidiano que se convirtió en una presencia angustiante producto de una tragedia. “No tengo nada que perder”, se describe así mismo José (Antonio de la Torre). Ya para cuando sepamos las intenciones de este, no volverá a ser intimidante el personaje del Curro (Luis Callejo), un ex presidiario que será pieza fundamental para que José pueda perpetrar su venganza.
Lo más logrado de este filme español es un enfrentamiento en terreno western. Es un momento del clímax y además de gran conflicto moral que pone en tensión la motivación del vengador y el efecto de redención que ha comenzado a nacer de su “cautivo”. Son atractivos también los trazos con que Raúl Arévalo define la violencia. Una venganza no tiene que ser gráfica o tener una resolución épica. De todas formas, no deja de haber un aire a los personajes de Sam Peckinpah o los que encarnó Charles Bronson, flemáticos y en parte perdedores.

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