Un foco hacia el
retrato unipersonal emerge en la mayoría de los documentales liberados de forma
gratuita en la plataforma de Festival Scope, los que forman parte del programa de
la actual edición del Festival Internacional de Morelia. Vatreni: A flame has been fired (2018), de Edson Ramírez, dentro
del corto grupo, es uno de los dos filmes que se inclina a un retrato
colectivo, en este caso a la primera selección mundialista de Croacia. Más allá
de enmarcar el gesto pionero, este documental promueve un reconocimiento
reiterativo a propósito de lo significativo que fue dicha exhibición futbolística
para la coyuntura. La desintegración de Yugoslavia se dio en 1992, y con ello se
gestaron tres años de conflictos entre las naciones que un día la formaron. Se
podría decir que hasta el día de hoy el chauvinismo de extrema sigue despierto
en dicha zona, y, por obvias razones, esa postura fue urgente para cuando
aconteció el mundial de Francia 98, en el cual los seleccionados croatas, en su
mayoría a puertas de una “edad límite”, alcanzaron el tercer puesto mientras su
nación estaba devastada en varios sentidos.
Un homenaje también
colectivo, aunque más modesto, se ve reflejado en A morir a los desiertos (2017), de Marta Ferrer. Aquí el canto cardenche,
una práctica lírica tradicional, agoniza, así como la comunidad que la mantiene
viva. El lamento de extensiones trágicas de sus letras, de pronto parece ser el
reflejo de la situación incierta de esa pequeña sociedad campesina. El sembrador (2017), de Melissa Elizondo,
por su lado, es un homenaje que no vira hacia lo dramático. El seguimiento a la
labor educativa y desinteresada del profesor Bartolomé tiene un sentido
optimista en medio de la carencia. La asistencia a los menores en las alturas
de los Altos de Chiapas hace pública una iniciativa que está dando frutos en
favor de las nuevas generaciones.
Lo dramático hasta lo
trágico comparte M (2018), de Eva
Villaseñor, y Lejos del sentido
(2018), de Olivia Luengas. En ambos casos, protagonistas están en vía de una
recuperación. En el primero, Miguel, un cantante urbano, manteniendo su
distancia de los vicios y la violencia. En un circuito en donde estas
inclinaciones lucen casi inseparables al oficio, el cantautor pugna por no
recaer. En Lejos del sentido, su
protagonista padece de un mal no adquirido. En este documental se expone la inestabilidad
emocional de Liliana, sus idas y venidas, y, en paralelo, su familia siendo un
estimulante de lo dramático. Dos documentales que sobresalen del grupo. En Ya me voy (2018), de Lindsey Cordero y
Armando Croda, Felipe es uno de los tantos inmigrantes mexicanos en EEUU. La
premisa del filme: ¿volver o quedarse? Un abanico de dudas descubre el paso del
tiempo, el agotamiento, la necesidad de una calidez amoroso ausente por años.
Finalmente, Una corriente salvaje
(2018), de Nuria Ibañez, es lo más atractivo del corto programa. Este nos
presenta la rutina solitaria de dos pescadores. La convivencia en medio del retiro,
el redundante oficio, los tragos y los cantos nos van sugiriendo con mucho sigilo
una química que activa emociones. Todo queda en conjeturas, pero permanece el
testimonio humano, la huella de lo que fue afecto y pasó a ser un sentimiento
de desconfianza.
Mira gratis estos documentales hasta el 11 de noviembre (tickets limitados): http://bit.ly/2CGTQzM
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