domingo, 26 de mayo de 2019

Quién crees que soy

¿Qué vínculo tiene Facebook y una terapia psicológica? Quién crees que soy (2019) responde a esa pregunta mediante la historia de Claire (Juliette Binoche), una madre divorciada que pasa los cincuenta años, quien comparte y rememora a su psicóloga su acercamiento a la red social, sobre cómo se forjó una “relación”, y desató un dilema y luego un conflicto emocional. El director Safy Nebbou no descubre el fuego. Su película nos orienta a conceptos que son familiares en referencia a Facebook asimilado como un espacio asentado en el limbo, entre la frontera real y la ilusoria, capaz de revaluar y modelar las identidades al punto de difuminar sus orígenes. La red social reconocida también como un espacio de depuración; y es ese su vínculo con las sesiones psicológicas. Esta plataforma virtual, dentro del argumento, actuando como diván para una mujer aburrida, contenida, fragmentada. Ambos espacios, el real y el virtual, serán medio de desfogue, y de paso lugar en donde pueda recomponer su identidad o dignidad.
Quién crees que soy transita por el drama personal para después abrirse al melodrama o, para ser más preciso, al romance que se inventaron/imaginaron dos personas. Chris (François Civil) y Clara se han enamorado desde el universo cibernético. Pero Clara no existe, y en su lugar está Claire jalando los hilos desde el perfil falso que ella creó asumiendo el rol de una joven de 24 años que ha logrado seducir al hombre de más de treinta años. En razón a lo predecible que resulte este embrollo, Safy Nebbou responde con un par de giros dramáticos, uno más pintoresco que el otro. La telenovela trágica –disfrazada de prosa terapéutica– parece ser inspiración en la trama a partir de una primera revelación. Es un esfuerzo por sorprender, quebrar tal vez las pocas alternativas a las que podría encallar la historia de la protagonista. En vía de comprender ese medidor dramático, el personaje de la psicóloga parece encarnar la reacción del espectador, en principio, asumiendo este caso clínico con seriedad y postura, pero luego con curiosidad y morbo, y al final con confusión o hasta decepción.

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