Una película que trasluce la ficción mediante una narrativa documental. No se sabe a ciencia cierta las proporciones del material real al que asiste Foragers (2022), pero lo que sí es claro y objetivo es que estamos tratando con el enunciado de una denuncia verídica. La directora Jumana Manna, reconocida artista plástica de raíces palestinas, nos traslada a la frontera entre Israel y Palestina en donde el conflicto de territorio ha puesto al za’atar y el ‘akkoub en medio de una demanda que viene de las dos direcciones. Esta es una historia que se arrastra desde finales de los 70, para cuando Israel puso en marcha una norma en donde prohibía a las comunidades palestinas extraer el za’atar, una de las hierbas más esenciales de la gastronomía palestina y además oriunda de su territorio. Un apunte histórico: años después de la Segunda Guerra Mundial, y ante la concentración de judíos en el territorio de Palestina, la ONU dividió la geografía de ese país convirtiéndose una parte en el estado de Israel. A raíz de ello, conflictos ya preexistentes aumentaron. Con el tiempo, estados ajenos al escenario se involucraron, nuevos intereses y disputas se engendraron. Eso hasta el día de hoy. Es así como nace ese conflicto en donde se le niega ciertas materias primas a un país que crío y consumió tradicionalmente estas mismas.
miércoles, 19 de octubre de 2022
3 Lima Alterna: Foragers (Competencia Internacional)
Manna representa situaciones en
donde palestinos humildes recogen a hurtadillas las plantas que formaron parte
de los campos que sus antepasados ayudaron a preservar, pero que hoy se les prohíbe
recolectar y mucho menos comercializar bajo pena de multa. Foragers,
mientras va dramatizando la necedad de un grupo de cazadores furtivos de
hierbas, describe antecedentes, formalidades y consecuencias de esa penosa ley
que definitivamente está medida bajo los beneficios de la explotación de un
producto netamente rentable. Así como muchos documentales sobre la expropiación
y explotación de terrenos naturales, Jumana Manna deja al descubierto una serie
de motivaciones que no son percibidas por los colonizadores. No solo es el
reclamo a un alimento exquisito y saludable para la dieta diaria, es además un
reclamo contra la vulneración biológica de las mismas plantas, a propósito del
modo de crianza mediante formas impropias a su naturaleza, sea limitando su
recolección o cambiando su modo de plantación. A eso se suma que la recolección
de za’atar y ‘akkoub representa una actividad hereditaria. El frustrarla es ir
contra un ritual tradicional que muchos de los locales vinculan con la memoria
colectiva. Es por esa razón que Foragers termina con un plano general a las
pocas casas palestinas situadas en medio del verdor, y una voz en off que
rememora el pasado con regocijo.
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