viernes, 31 de mayo de 2024

XV Festival Al Este: Blackbird Blackbird Blackberry (Competencia Al Este)

Etero (Eka Chavleishvili) se ha salvado de la muerte. Esta experiencia será una especie de impulso para hacer lo que nunca quiso o capaz simplemente postergó a fuerza de la costumbre. Blackbird Blackbird Blackberry (2023) sigue las intempestivas alteraciones en la rutina de una mujer de 48 años. La directora Elene Naveriani nos presenta a un personaje con un conflicto interno: ser o dejar de ser. Las cosas han cambiado en la vida de Etero desde que decidió era hora de perder su virginidad. Entonces su soledad ha sido interrumpida, las burlas de la gente hacia su persona ahora le resultan más molesto que de costumbre, se siente melancólica, luego irritada, además algo extraño está sucediendo con su cuerpo. Es toda una serie de factores las que la mantienen fuera de sí. Su identidad está en pleno cambio. Muy a pesar, hay una resistencia. Para Etero, la idea de ser una “más” del promedio le resulta inconcebible. Simplemente no se ve como amante, esposa o madre. Sin embargo, su cuerpo y sus emociones parecen desear lo contrario. ¿Pero de dónde radica ese rechazo? Etero mira a su alrededor y no reconoce la motivación. Ahí están sus lacerantes y mordaces descargos contra sus únicos modelos, las vecinas casadas que tanto cuestionan su independencia. El hecho es que existen otros antecedentes más profundos los que posiblemente hicieron de ella alguien dispuesta a huir de las convenciones.

Blackbird Blackbird Blackberry hace un reconocimiento a una generación de mujeres que de alguna manera se convirtieron en víctimas de las tradiciones asociadas a su género. Por un lado, las vecinas de Etero, mujeres que camuflan con bromas una envidia hacia el goce de la libertad, algo que desde hace mucho dejaron de percibir. Por otro lado, Etero, una suerte de excluida por sus “iguales” a causa de que su vida contradice los roles tradicionales. Ahora, sendos casos o tipos de personalidades fueron impuestas, sea mediante la ingesta de esas costumbres o la privación de estas. Mientras que algunas mujeres durante su juventud fueron orientadas a convertirse en esposas y madres, el padre y el hermano de Etero se dedicaron a ahuyentar a cualquier pretendiente de la muchacha. Es así cómo Etero aprendió u obtuvo su independencia, a fuerza del deseo de sus familiares y no bajo convicción propia. ¿Estamos entonces ante una mujer libre? Definitivamente, la independencia en la película de Elene Naveriani resulta ambigua. Vamos a llamarlo así, a raíz de una epifanía, Etero por fin está comenzando a formular sus roles sin ayuda o guía de otros. De pronto, percibo a esta protagonista como una persona asumiendo una adolescencia tardía, aquella que disputa con los adultos y se siente cómoda con una púber, no está segura de sus sentimientos, explora su cuerpo, atiende a sus cambios y síntomas, se deprime, se asusta, niega su estado, pero luego reconsidera. Ella está explorándose.

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