A propósito de las celebraciones por el centenario de la reconocida cantautora peruana, el documental Chabuca Granda: Confidencias (1988), de Martha Luna, pudo verse a partir de entonces en varios escenarios públicos, casi un estreno local tomando en cuenta que esta película en su momento no obtuvo el permiso de las salas limeñas para exhibirse a pesar de que contaba con las licencias necesarias, así lo menciona Ricardo Bedoya en su libro “Un cine reencontrado” (1997). En el presente, gracias al esfuerzo de la Filmoteca de Lima, el documental ya cuenta con una versión restaurada, la cual podrá verse en la presente edición del Festival de Lima. No solo es una oportunidad para rememorar el talento y el fervor que se le tiene a la dama criolla, sino también una razón para retroceder al tiempo. Si algo ajeno a Chabuca valoro de este documental, es el retrato a la Lima que arrastra desde el antaño hasta la década de los 80, momento en que se produjo esta película. Al margen de la brecha de escenas que componen a una ciudad tan diversa y contradictoria, hay algo mágico e hipnótico en el desfile de calles parecidas y algunas “desaparecidas”. Indirectamente, este es un documental que hace tributo a la capital peruana contemplada desde sus tradiciones, algunas de estas hoy convertidos en espectros que retumban en las letras de la homenajeada.
lunes, 11 de agosto de 2025
29 Festival de Lima: Chabuca Granda...confidencias (Espacio Filmoteca PUCP)
viernes, 8 de agosto de 2025
29 Festival de Lima: Niñxs y El príncipe de Nanawa (Latinoamericana Documental)
Dos películas que dialogan a la perfección se programan en la sección Competencia Documental en el Festival de Lima. La mexicana Niñxs (2025), de Kani Lapuerta, y la argentina El príncipe de Nanawa (2025), de Clarisa Navas, son dos proyectos cinematográficos que comparten misma premisa: niños serán retratados por un periodo de años hasta alcanzar la adultez. Es inevitable no referir a Boyhood (2014), de Richard Linklater, cuando se piensa en esta fórmula. El asunto es que acá hay un ajuste que Lapuerta y Navas ejecutan creándose un gran punto de distinción hacia la película estadounidense. Sucede que los protagonistas de ambos documentales serán “codirectores” de los documentales. Aprovechando lo práctico que es para un menor usar hoy en día un dispositivo digital, los promotores asignan a sus protagonistas la tarea de filmar sus rutinas o ocurrencias propias de sus personalidades. Es un contenido que estará intercalado a los instantes en que los directores lograrán hacer el registro por sí mismos. Es decir, parte de las películas será fruto de una dinámica improvisada que corresponde a los menores, mientras que la otra parte estará mediada por la inspección/intromisión de los directores o la dinámica entre impositiva o hasta invasiva. Ahora, esos límites serán desiguales dependiendo la película, y esto tiene mucho que ver con la realidad socioeconómica correspondiente al protagonista en cuestión.
29 Festival de Lima: Vino la noche (Latinoamericana Documental)
Un gran valor del documental de Paolo Tizón es que no cae en los clichés del mundo militar que bien corrigen o pervierten los valores humanos. Vino la noche (2024) es una película motivada a recoger instantes durante la temporada de entrenamiento militar de un grupo de jóvenes que será próximamente enviado al VRAEM, zona roja de la selva peruana al ser escenario en donde opera el narcotráfico y restos de agrupaciones terroristas. A diferencia de películas como Full Metal Jacket (1987) o Francotirador (2014), en donde se define una clara postura política respecto al mundo militar, aquí el interés parte únicamente en introducir al espectador a un entorno hermético, apenas conocido por sus instructores y aprendices. En ese sentido, siéntase privilegiado de observar cómo funciona uno de los adiestramientos bélicos más radicales del organismo en cuestión. Ahora, es también una aproximación que cuida mucho en no persuadir o formar criterios. Pienso en los constantes primeros planos que realiza la dirección. Varios de estos no encuadran los rostros, los que más bien están fuera de campo o se ven opacados por el espesor de la noche. Y si los rostros se ven, estos pasarán a un segundo plano entre el ajetreo del duro entrenamiento. En ese sentido, anula cualquier posibilidad de dramatización.
29 Festival de Lima: Sendero azul (Latinoamericana Ficción)
Son varias las películas de personas de la tercera edad huyendo de un retiro impuesto por los reglamentos de la vida. Unos obstinados deciden seguir llevando su misma rutina como prueba de su vigencia (The Old Man and The Gun, 2018), mientras que otros más pesimistas deciden planear su última aventura (The Bucket List, 2007). La protagonista de O último azul (2025) mezcla los dos tipos de reacciones. Sucede que si bien Tereza (Denise Weinberg) posee la vitalidad de una persona que puede valerse por sí sola e incluso parece tener el vigor que no correspondería a una anciana de base 7, las circunstancias la obligan a aceptar en parte el destino de una jubilación anticipada. Entonces aquí es que se asoma lo más estimulante de la nueva película de Gabriel Mascaro, un director clave del cine brasileño actual, quien nuevamente decide mirar al presente para fabricar un futuro posible. En la realidad de su última película, los ancianos mayores de 75 años están obligados a dar a un retiro y depender totalmente del Estado a fin de que esta comunidad no obstruya con la producción de los más jóvenes. Es un Brasil con miras al desarrollo galopante y el control absoluto a manos del Estado, pues los que no cumplen con dicha norma serán sancionados.
jueves, 7 de agosto de 2025
29 Festival de Lima: Uchpa, la película (Competencia Peruana)
Más que un documental que retrata la personalidad y trayectoria de una banda, la nueva película de Antonio Rodríguez Romaní resulta ser un retrato a su líder. La imagen de Fredy Ortiz, cantautor de Uchpa (cenizas), se convertirá en el centro de testimonios asociados al grupo musical y a una época de tensión política y tragedia nacional. Uchpa, la película (2025) resulta atractiva consecuencia de esa referencia histórica. Ahora, esto no significa que sea menos interesante el conocer las raíces y cruces del estilo musical de esta agrupación quechua hablante, aquella que ha sabido asociar géneros tan clásicos como el rock y distintivos como el blues con los instrumentos, melodías, líricas y tópicos andinos. Sucede que esos momentos en que el documental decide aproximarse a la música de la banda, lo hace de una manera esquemática, no aprovechándose un desarrollo que, por ejemplo, apunte a una visión melómana, en donde lo creativo, referencial y analítico, así como los datos bajo llave, se expongan al espectador. Esto cambia para cuando el documental se refiere a las fuentes orales de un sobreviviente del conflicto armado.
29 Festival de Lima: Sorda (Película de inauguración)
A diferencia de varias de las películas que abordan la discapacidad, en donde seguimos a personajes continuamente asediados por una sociedad que los discrimina o indirectamente los rezaga, en esta producción español vemos a una protagonista tropezando con sus miedos anticipados, a veces egoísta, en estado defensivo o victimizándose. Ahora, no es que estamos tratando con alguien de naturaleza tóxica. Lo suyo parecer ser más bien efecto de un cambio, la exploración de un territorio que desconoce y, por tanto, le genera miedo y tensión. La ópera prima Sorda (2025), de la directora Eva Libertad, asocia dos tópicos y conflictos. Ángela (Miriam Garlo) es una mujer sorda que será madre primeriza. En cierta perspectiva, este personaje parece haber acondicionado su discapacidad a un entorno y rutina en la que no reconoce muchos percances. Su pareja es oyente, sin embargo, este sabe el lenguaje de señas. Lo mismo sus padres y algunos familiares. Frecuenta además a sus amistades que poseen igual condición a ella. Ángela está asentada en un espacio saludable y viable a pesar. La próxima llegada de un bebé tendría que empoderar esa apacibilidad aparente; sin embargo, comienza a suceder lo contrario.
lunes, 4 de agosto de 2025
Amores materialistas
El problema recurrente en la última película de Celine Song es su lucha constante por identificarse como una comedia romántica destinado para un público estadounidense. Por ejemplo, tiene la banda sonora esencial para ese subgénero, pero no sabe distribuirla. Son varios los momentos en que el fondo es puro silencio y solo escuchamos la interesante argumentación de un modelo de vida personal y de negocio. En ese sentido, el discurso siempre quiere estar en primer plano y en su tránsito se olvida de expresarlo bajo el idioma de una comedia romántica. Acá las bromas se escatiman, mientras que el muy sustancial enredo de situaciones —ese instante entre incómodo e hilarante que diestramente lo plantearon los clásicos de la screwball comedy— se ausenta y en su lugar resultan secuencia torpes e incómodas para el espectador. Ahí está el tan poco inspirado primer encuentro entre los tres protagonistas. Es como un incidente que a cualquiera podría pasarle; sin el brillo de Hollywood. No me creo la idea de que el personaje de Pedro Pascal sea un “unicornio” siendo tan divertido como una planta. Chris Evans y Pascal son buenos actores, pero son tan aburridos. Ambos coinciden en la barra de un bar y se pierde el instante oportuno para desarrollar sus roles y de paso generar un nuevo enredo situacional. Es más, ni cruzan palabras. Simplemente pierden su sentido de ser ante la ausencia del personaje femenino.
Planteada la premisa, se presentan los pretendientes. Si bien esta Emma moderna que busca emparejar a todos tampoco no está interesada en emparejarse, John (Chris Evans), su exposo, y Harry (Pedro Pascal), un adinerado soltero, la persuaden a reconsiderar cancelar su suscripción con la soltería. Películas como Experta en bodas (2001) y La cruda verdad (2009) ya nos han contado estas historias de mujeres haciendo felices a todos menos a ellas mismas. Ahora, primer punto interesante, los aspirantes son polos apuestos. John es conformista, Harry tiene la mentalidad de tiburón. El primero se ha dado por vencido, el segundo es elegantemente persuasivo. Uno es pobre, el otro es rico. Es decir, no solo es el dinero, es también toda una construcción o boicot de seguridad emocional, social o personal. Tenemos entonces a Lucy, quien, a propósito del fracaso de su anterior matrimonio, cree estar convencida de que sus demandas materiales están por encima de sus demandas emocionales. Por eso comienza a interesarse en Harry. Importante subrayar el “cree estar convencida”. John ya parecía superado, pero su casual reaparición justo cuando conoce a Harry, inconscientemente, se convierte en el freno para que ella alcance a lo que aspira cualquiera de sus clientes. Ahora, capaz John no sea ese freno, sino ella misma al ser cínicamente consciente de que eso que vende a todos sus clientes —el match perfecto— es una falsa promesa.
Celine Song al igual que las anteriores películas representa a una protagonista limitada por sus parámetros materialistas y que además reprime su lado romántico para después exponerla a un dilema sentimental y moral. Ahora, uno dirá, la aparición de John, el otro pretendiente, es quien enciende el dilema. Para nada. Acá el punto de inflexión es generado por un hecho ajeno a las ejecuciones o no ejecuciones de los pretendientes. Una cliente de Lucy ha declarado como inviable el sistema de negocio de la casamentera. Ahora sí no hay forma de tapar o corregir sus falencias o puntos ciegos. La protagonista entra en una crisis, pues si ese sistema de buscador de parejas es errado, entonces su criterio para seleccionar su propia pareja también lo es. Así que no es John quien mueve los cimientos. No olvidemos que el tipo es un conformista y derrotista. Es la misma conciencia de Lucy la que siembra el dilema y deja ingresar al amor entre los palos. A partir de aquí, sigue las convenciones de una comedia romántica, argumentalmente hablando, pero siempre exponiendo la duda o la inseguridad. Se aplica un freno al romanticismo. Una generación que scrollea cuando no le gusta algo, le es difícil tirarse a la piscina no sabiendo nadar y no teniendo flotador. Por último, Amores materialistas me deja una gran duda. El remordimiento de conciencia de Lucy fue efecto de su conciencia social o de género, o por una cuestión personal. Así como los personajes de Tienes un e-mail, ellos ven sus negocios como algo personal. Si este fracasa, ellos fracasan. Por tanto, discriminar su valor o funcionamiento de negocio se convierte en algo personal.