domingo, 12 de enero de 2020

El caso de Richard Jewell

Otra de héroes que son cuestionados. Clint Eastwood asiste a una historia sobre un personaje calumniado por el solo hecho de romper con el estándar asociado a lo heroico. Richard Jewell (Paul Walter Hauser), un guardia de seguridad durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, pasa de ser héroe a posible culpable del atentado que aconteció en el ínterin de la celebración. Eastwood nos presenta a un personaje que descubre un perfil que alienta a los demonios de una nación. Definir esta idea es imprescindible para la verdadera meta del filme. El compromiso del director no solo es el de hacer un acto de honor a su protagonista, sino también el de señalar y cuestionar los prejuicios arraigados de  EEUU, detonantes de una serie de negligencias que no hacen más que boicotear los ideales de una nación.
Al igual que en Sully (2016), en la última película de Eastwood vemos a un héroe sentado en el banquillo dado que ha puesto en duda o ridículo la labor de una institución emblemática. En consecuencia, estos “fuertes” ponen manos a la obra para revertir la hazaña de los héroes a fin de salvar sus propios nombres. En Sully, una industria aérea interpreta una maniobra de salvataje como un acto que puso en peligro a toda una tripulación. En tanto, en Richard Jewell, el FBI observa en un acto de prevención el indicio de un trastornado que urge del reconocimiento de su país. En efecto, Eastwood sigue amasando el discurso del héroe humilde, ferviente protector de sus compatriotas y la normativa que (en teoría) los protege; sin embargo, el drama de la película se concentra en los esfuerzos por desprestigiar el arrojo incondicional a beneficio de su nación de una persona.
El filme es Richard Jewell versus el FBI, la entidad que no es otra cosa que el último escalón de la ley, aquella que el mismo Jewell respalda ciegamente, a pesar del mal tributo que recibe de esta. Se podría decir que la película está destinada a ser una historia sobre un individuo desencantado con una fantasía, pero no es así. Eastwood está convencido de que su personaje es fiel a ese ideal de nación de inicio a fin, y no habrá ofensa que lo persuada a reprochar a su propio país. Richard Jewell es un filme que descubre a agentes que desprestigian la norma y la conciencia social, como bien lo refuerza el rol de una periodista oportunista. No es gratuito que por momentos esta personaje luzca forzada y caricaturesca. Básicamente, es un indicio del deseo de Clint Eastwood por subrayar los defectos de un sistema.

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