sábado, 20 de junio de 2015

5to Festival Lima Independiente: The look of silence

El ejército desnudo del Emperador sigue marchando (1987), de Kazuo Hara, es un documental japonés en donde vemos a un anarquista acosando a un grupo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial. A estos últimos se les culpa de ser responsables de los asesinatos de los familiares de las dos personas que también harán compañía al radical durante las mencionadas visitas no planificadas. El resultado de estos encuentros será un encaramiento al pasado, un rescate de la memoria, pero, sobre todo, la búsqueda del perdón que hasta dicha actualidad pesa sobre los deudos. Esa premisa parece repetirse en The look of silence (2014), un documental que resulta tan emotivo y perturbador como su antecesor. A diferencia de The act of killing (2012), Joshua Oppenheimer es esta ocasión pone como protagonista al familiar de uno de los tantos desaparecidos durante el genocidio desatado en Indonesia, a partir del golpe de estado en 1965. Lo curioso es que está víctima no es cualquiera, sino un caso en especial que incluso parece cumplir una representación simbólica más amplia.
Aquí el deudo es un hombre que nunca conoció a su hermano. Él fue concebido dos años después del atentado contra su familiar, y lo que supo de este fue en base a lo que sus padres numerosas veces le contaron. Es decir, él heredó un luto, uno que en su momento no padeció ni fue testigo, pero que sin embargo lo vincula. El protagonista en The look of silence me recuerda al mismo protagonista del documental de Hara, el ex soldado japonés que apenas conoció a sus compañeros caídos, pero que asume por compromiso averiguar la verdad de los hechos acontecidos en el pasado y de paso reclamar el arrepentimiento de los culpables a fin de acudir al derecho de los deudos. Hay un compromiso cívico de por medio. Una necesidad de excavar en la Historia para reavivar la memoria y exigir el perdón. Ambos parecen demandar un reclamo histórico en nombre de toda una comunidad. Lo cierto es que en el documental de Oppenheimer, los sucesos están más que aclarados. Resta recurrir al acto de contrición de los asesinos que hasta el momento siguen siendo los líderes de dicha nación, y justamente ese es el camino más sensible de la película.

The look of silence no solo rememora con crudeza los hechos acontecidos durante la matanza en el “rio Serpiente”, lugar donde fue violentado el hermano del protagonista junto a centenares de detenidos, sino que además registra los testimonios de los culpables e implicados quienes justifican sus propias barbaries con un cinismo “lúcido”. Ya en The act of killing había quedado en claro cómo el discurso egocéntrico de los ex miembros militares en Indonesia ha calado en el imaginario de toda la nación. La cacería y el aniquilamiento a los comunistas en la actualidad, sigue siendo símbolo de heroísmo y congratulación para muchos de los ciudadanos comunes de esa localidad. Es bajo dicho pensamiento colectivo que hay una negación al arrepentimiento. En consecuencia a esto, durante el documental seremos testigos de la frustración del protagonista, quien finalizada cada visita mirando silenciosamente al vacío, como contemplando un luto infinito, fruto de la negligencia y alimentado de mucha impotencia.
En El ejército desnudo del Emperador sigue marchando un ex soldado japonés “literalmente” exige a golpes la verdad y el perdón que los asesinos le deben a los deudos. En The look of silence veremos también a un protagonista exigiendo lo que le corresponde. El último Oppenheimer incluso es distinto al director que percibimos en The act of killing, uno que es silente, que se plantea a ser simple oidor de las recreaciones macabras que en un pasado practicaron los cazadores de hombres en Indonesia. En una escena, Joshua Oppenheimer pasa de ser un director pasivo a uno que obliga a que también debe existir una herencia de culpa. Son los hijos de un fallecido militar, quienes con incredibilidad observan cómo el heroísmo de su padre fue en realidad los honores de un verdugo.

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