miércoles, 7 de febrero de 2018

Las horas más oscuras

Locaciones oscuras son atravesadas por halos de luz en Las horas más oscuras (2017). Joe Wright es literal en cuanto a la puesta en escena que representa el crucial protagonismo de un hombre en tiempos de oscuridad. Como era de esperarse, la presencia de Winston Churchill (Gary Oldman) es el núcleo en la historia, personaje al que involuntariamente queremos que se asome apenas inicie la película. Para cuando aparece, pocos serán los instantes en que su ausencia acontezca. Lo curioso es que cuando pasa de pronto el gesto es incómodo. La intromisión de una secretaria parece ser un sobrante que se esfuerza por otorgarle a la trama un protagonismo respetable a lo femenino dentro de un universo masculino.
Lo que atrae de Las horas más oscuras es la pugna política, el gesto obstinado por no verse doblegado ante un despreciable dictador. Luchas de egos o de poder; como quiera interpretarse. Es Churchill versus Hitler. Cuál es el Imperio más fuerte en Europa. Para el Primer Ministro ceder a un tratado de paz es pisotear toda una tradición histórica. Así como deja en claro el Dunkirk (2017) de Chirstopher Nolan, el filme de Joe Wright también se inclina a retratar un espíritu nacionalista. En Las horas más oscuras Churchill se tendrá que enfrentar además al pesimismo, el lánguido nacionalismo representado por sus contrarios políticos. Los momentos de duda son el clímax en una historia llena de adornos y gestos que humanizan al protagonista principal.

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