viernes, 21 de septiembre de 2018

Apóyate en mi (o Lean on Pete)

Un nuevo y apasionante drama de Andrew Haigh que no tiene nada que ver con la tradición de películas en donde el centro del universo es el humano creando un vínculo con los animales. Lean on Pete (2017) no es un filme encandilado con la amistad o la fidelidad de un adolescente hacia un caballo. Es en su lugar la dura y conmovedora historia de un abandono y, en consecuencia, la sobrevivencia en solitario de un huérfano. El director de origen británico nos interna en la vida de Charlie (Charlie Plummer), un adolescente sobrellevando a fuerza una rutina independiente a causa del negligente comportamiento de su progenitor. El resultado será una serie de experiencias, en principio gozosas por el mismo efecto novedoso de una vida que hasta ese momento se veía estancada, que es además la etapa convencional de la película, pero que luego tropieza con un inesperado giro que será el punto inicial de una odisea.
El personaje de Charlie desde principio nos llama la atención por su personalidad pasivamente receptiva. A sus quince años, la inocencia de este muchacho es incólume a pesar de estar asentada en una realidad caótica. Haigh hace de su protagonista a un individuo que va descubriendo el mundo por sí solo con asentimiento. Por muy trivial o complejo que sea un nuevo conocimiento, Charlie le da la bienvenida a todo lo que va percibiendo, desde el consejo de su padre cuando habla sobre flirtear con las meseras hasta el que le da su jefe respecto a no atarse la cuerda a la muñeca cuando traslada a un caballo. Es mediante esta introducción que el director va descubriendo con delicadeza el estado alarmante de una crianza responsable carente. Charlie aprende más por otras personas que por su entorno familiar, el cual es nulo y le fue desbaratado y arrebatado desde temprana edad. Charlie está compuesto por una serie de recuerdos muy tristes, y los hay también jubilosos, pero que se manifiestan en boca del personaje como algo lejano, casi impropio de su vida actual.

La aparición de “Lean on Pete”, el caballo de carrera, se podría decir que es la primera motivación personal de Charlie. En efecto, se construye un vínculo entre el hombre y el animal, una amistad más allá que el deseo de pertenencia hacia una propiedad; sin embargo, es curioso y significativo que Haigh no profundice ese vínculo. Vemos secuencias del adolescente haciéndose cargo del caballo, pero no es un Liberando a Willy (1993) que convierte este vínculo en fetiche. A pesar de eso, la presencia de Pete no deja de ser significativa. Por muy reusada que luzca la idea, el caballo pueda que represente para Charlie lo más próximo a un lazo familiar real. De igual forma, el hecho que Charlie haya conocido al caballo en una situación envuelta por un futuro incierto, ha conmovido al muchacho. Tal vez el caballo le recuerde a sí mismo. No en vano, en medio de una fogata, Charlie rememora y le cuenta a su amigo el día en que él y su tía, la única persona que lo cuidó con afección, hicieron su propia fogata. Ahora él, en calidad de cuidador, intenta recrear ese valor con su caballo.
Lean on Pete enternece a medida que conmociona, y en gran parte porque su protagonista es frágil y mantiene una integridad humana. Muchas son las historias sobre la orfandad, caso Los olvidados (1950), en donde niños y adolescentes son golpeados por la vida; sin embargo, sus situaciones impactan, más no enternecen al grado de, por ejemplo, los protagonistas de Juegos prohibidos (1952), pues en este el comportamiento de las víctimas no se ve degradado por la nocividad del entorno, sino más bien contrasta con su inocencia, provocándose una fragilidad aún más profunda. Charlie está a la línea de ese perfil, y es expuesto a un hado que llega casi sin darse cuenta, similar agonía a la que sufre el protagonista de El signo de Leo (1962). El aspecto físico del personaje en el inicio no es el mismo al de su momento más crítico. El sufrimiento es palpable. Para cuando el filme emprende el derrotero de una road movie, como un cowboy, Charlie se mueve entre la hostilidad y la soledad desértica, básicamente caracteres que resumen su vida antes de su peripecia, solo que agudizados. Estupenda actuación de Charlie Plummer. El actor es una joven promesa.

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