Entre el 2011 y el año
pasado no ha existido mucha diferencia. El estreno de las películas ha seguido
casi el mismo promedio, al igual que el tipo de películas que estrenan. Siempre
cada inicio de año la pregunta es qué tantas películas ajenas al habla inglesa
se estrenarán; fueron muy pocas. Al igual que el año pasado menciono, el cine
asiático es uno de los más frescos y renovados, solo hubo un estreno este año
que fue Thirst (2009). Unas cuantas
españolas, un par de francesas y en el caso del cine latinoamericano solo son
estrenos argentinos y una mexicana. El cine peruano si bien no ha continuado
una fama en el extranjero del mismo calibre del año pasado, el acogimiento
interno al parecer si lo ha tenido. Este año parece haber más simpatía del
público nacional hacia nuestro propio cine, se cuenta además el apoyo que ha
ido teniendo de parte del Ministerio de Cultura al momento de crear castigo a
ciertas exhibidoras que aquejan a los estrenos nacionales.
Nuevamente las mejores
películas del 2011 es una corta selección. Se podría agregar a estas otros
filmes como 127 horas, Ágora, Super 8, 8 minutos para morir
o Las malas intenciones, sin embargo
he preferido resaltar a otros de este grupo, sea porque funcionan mejor de
inicio a fin o porque simplemente fueron más originales que las mencionadas.
La lista, sin orden de preferencia, es la siguiente:
El escritor oculto
Roman Polanski toma
por asalto una vez más el cine noir contándonos
la vida de un escritor, un sujeto común como en los thrillers de Hitchcock,
obsesionado con un crimen que guarda alguna relación con la vida “oculta” de un
ambicioso político al que está escribiendo su biografía. Polanski juega a los
detectives y los personajes de doble rostro, el biógrafo que escribe y a la vez
intenta ser un “fantasma” pretendiendo ser un agente encubierto, husmeando más
allá de lo concedido, dando pasos en falso y a veces acertados. El escritor oculto es además la postura
política del director, agresivo y lapidario frente a los temas de coyuntura.
El cisne negro
La obsesión y la
paranoia se vislumbran en El cisne negro,
drama psicológico que habla sobre el proceso de metamorfosis que experimenta
una ambiciosa bailarina, el tránsito de la inocencia a la maldad, de la pureza
a la sexualidad, de la cordura a la insanidad. Darren Aronofsky promueve un
filme retórico con interpretaciones acertadas y una fotografía merecida; sin
duda la mejor película en su corta filmografía. Arronofsky provoca el pánico,
la distorsión mental y, por lo tanto, de la realidad dando paso al terror
sugerente que no amedrenta sino perturba. Natalie Portman, por su lado, hace su
mejor papel principal desde su debut en León
(1994).
El discurso del Rey
Apegado a un afán por
lo histórico, Tom Hooper retrata la historia de un monarca víctima de la
“mudez”, o sea, incapaz de liderar a toda una nación a punto de pasar por el
momento más crítico en toda su historia. El discurso del Rey no precisamente narra el tratamiento y solución de la voz
atrofiada de Jorge VI, es más bien una historia de amistad entre el Rey y su
plebeyo, entre un hombre atormentado y su terapeuta; una temática readaptada al
cine bajo distintas formas. Lo atractivo del filme es sobre su estética, sobre
como Hooper enfoca, escenifica, musicaliza y adecúa la puesta en escena. Colin
Firth y Geoffrey Rush son ambiciosos.
Experimento mortal
Al igual que su
compatriota David Cronenberg, el canadiense Vincenzo Natali trata películas
sobre la transformación de los cuerpos, la degradación humana y la mortandad
del hombre a manos de la nueva tecnología. Experimento mortal es el lado perverso de la ciencia, el nacimiento de una nueva
especie producto de la genética y la ambición de una pareja de científicos por querer
ser reconocidos. Natali compone una iluminación llena de claroscuros que dan
imagen a un suceso prohibido. La crisis de la moral y ética, el lado siniestro
de las corporaciones son también parte de cómo el hombre termina siendo tan
fallido como el experimento.
Triste San Valentín
El director Derek
Cianfrance hace una versión dramática de Annie
Hall (1977), una pareja de jóvenes que repentinamente descubrieron el amor
pero que años después se hallan viviendo en medio de la mediocridad y el
desengaño. El filme va intercalando las dos historias, dos etapas que polarizan
el encanto y el lado trágico en la vida amorosa de dos personas que estaban
destinadas a la separación, la historia de un pasado y un presente justificado.
Triste San Valentín es tan romántico
como anti-romántica al contarnos un amor entrañable y una separación que
desconsuela, una película además con interpretaciones a la altura del drama.
El planeta de los simios (r)evolución
El director Rupert
Wyatt narra el antes de la revolución, los antecedentes y las consecuencias de
un ser criado como humano, pero que fue también parte de un experimento. En la
larga producción de filmes que cuentan sobre la existencia de un mundo donde
los simios dominan a los humanos, ninguna hizo un tratamiento tan cercano
frente al porqué de las cosas. El planeta de los simios (r)evolución es el lado que justifica a los que en ficción
serán nuestros enemigos. Es la buena trama que se toma tiempo en el proceso
evolutivo de un líder bien interpretado por la gestualidad sugerente de Andy
Serkis y los efectos de la Weta Digital.
Medianoche en París
Woody Allen describe
el lado fantástico de París, ciudad que para los años 20 albergaba a toda una
movida cultural y que el personaje de su película, un extranjero y escritor
frustrado, tendrá la dicha de trasportase cada medianoche para conocer a los
grandes intelectuales de dicha época. Medianoche en París es un filme asincrónico de un hombre que se da cita cada
nocturnidad a un mundo donde las charlas literarias y los debates culturales reemplazan
el estilo banal y sofisticado que halla en su realidad. Allen captura el
sentimiento mágico e intangible de la “Ciudad Luz” propia de un romántico que
vive el pasado como parte del presente.