Hasta el 26 de setiembre se llevará a cabo la segunda edición de Lima Alterna Festival Internacional de Cine, vía la plataforma de Cineaparte, disponible en toda Latinoamérica, la cual incluye funciones gratuitas y también previo pago.
Divertida manera de dramatizar la
pugna que se establece entre la corrección técnica y la sensibilidad creativa. Digital
Video Editing with Adobe Premiere Pro: The Real-World Guide to Set Up and
Workflow (2020) es una película que a medida que acontece va reformulando
su naturaleza dramática y a su vez gestando una nueva lectura o perspectiva. El
principio del filme de Hong Seong-yoon es el principio de Caché (2005),
de Michael Haneke. Es la pantalla dentro de la pantalla, “realidad” que el espectador
no percibe, sino hasta cuando una voz en off le pone en sobre aviso que lo
contemplado es el punto de observación de los verdaderos protagonistas de esta
historia, en donde un director de cine y una editora intentan darle la mejor
solución al corte final de la película del primero. Lo que vemos es el producto
fílmico a editar. Lo anecdótico aquí es que, a diferencia de la película del
austriaco, esa segunda pantalla o perspectiva de los protagonistas no abandona
el primer plano. El director surcoreano opta por esconder de la vista la
ficción principal con un doble propósito. Por un lado, se grafica con comicidad
el debate entre el autor y la editora sobre qué o no debe salir de la película.
Por otro lado, es la dramatización de dos percepciones distintas y distantes.
Sucede que a medida que sendos
personajes en off intentan corregir el filme, el espectador, en paralelo
a lo que observa, percibe esta historia en off en donde la editora asume
el rol de espectadora; es decir, se convierte en esa mirada que evalúa la
película del director, esa observación crítica o evaluación final por la que
tiene que pasar toda película. Y, claro, no es una valoración cualquiera.
Siendo editora dicha espectadora, es una apreciación exigente la que manifiesta,
aquella que se libera de los patrones emocionales con el fin sugerir la mejor
opción para que la película asuma una verosimilitud efectiva desde la pauta. De
ahí el choque de lecturas que hace aflorar la comedia. El versus entre la
editora/espectadora y la visión personal de un cineasta que valora desde su
mirada, la cual incluye sus motivaciones, que no necesariamente están selladas
dentro de las secuencias grabadas. Es a propósito de eso que Digital Video
Editing… es también una película que nos acerca a contemplar esa mirada
personal de todo autor, creatividad que, en este caso, no sabe canalizar.
Estamos pues ante el ejemplo de un director aficionado, los llamados por una
crítica áspera como “aficionados”. Es esa otra historia, una dramática, la de
un director siendo apaleado en tiempo real. Pero hay más. Hong realiza una
película de fantasmas. Un ente invade en las escenas de esa historia de amor creada
por el director aficionado. Esa es la razón de por qué la editora hace acto de
presencia. Su misión es salvar una película —que a su criterio es insalvable—
de las apariciones repentinas de ese espectro. Nuevamente, una divergencia de situaciones.
Mientras que, por un lado, es un relato de terror, por otro, es una evidencia
más que pone en ridículo al director de un melodrama convencional, muy a la
línea de los argumentos comerciales de la producción televisiva surcoreana. Digital
Video Editing… carece en todo momento de puntos muertos debido a que su
película siempre está fluyendo más de un conflicto. Es un método o precepto
antiquísimo que se remonta al cine silente, específicamente a D. W. Griffith. El
director surcoreano se les ingenia para que el espectador esté a la expectativa
de más de una historia o circunstancia, pudiendo ser asumida cada una de manera
independiente o como parte del complemento de un todo. Ahora, hace suma también
ese acto irónico. Curiosamente, Hong Seong-yoon se vale de un género y sus
patrones convencionales para humillar a un cineasta arrastrado por otra
corriente plagada de convenciones.
Mira la película gratis aquí.
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