Del 9 al 18 de setiembre se desarrolla una nueva edición del Festival Internacional de Toronto. Comienzo a compartir películas que voy viendo de su programación dándole una preferencia a las películas latinoamericanas.
A principio, la búsqueda del Gian
Cassini parece limitarse a hacer eco de un trayecto ya recurrente en el cine
documental. El director que desea conocer el pasado difuso de algún familiar
cercano es actualmente una convención dentro del género; muy a pesar, estamos
tratando aquí de un caso personal que en el transcurso va aflorando
universalidades, además de conflictos específicos que van atendiendo a un plano
doméstico como social. Como emulando a la novela de Juan Rulfo, Comala
(2021) narra la historia de un hijo viajando a “buscar” al padre muerto que no
supo reconocerlo. La distinción aquí es que este recorrido en solitario no es
producto de una promesa a una madre, sino una iniciativa puramente individual.
Es bajo ese principio que Cassini comienza a transitar un territorio en donde
también encuentra a fantasmas que son síntoma de la violencia. Consecuencia de
ese acto de peregrinación, su búsqueda se convierte en el registro de una
realidad social trágica. Hablar de “El Jimmy” es pues hablar del crimen
organizado extendido e institucionalizado en México. El padre del director es
solo un ejemplo de una generación que ha perseguido una fantasía nociva que ha
trascendido históricamente.
Jimmy no está lejos de la figura
mítica del Pedro Páramo que remedó las prácticas de una violencia normalizada dentro
de una coyuntura de por sí violenta como lo fue la Revolución mexicana. ¿Es que
acaso la historia de este padre pueda ser también un reflejo de la realidad
mexicana? Como lo dicta el director a principio de su película, para saber
sobre el padre, es preciso conocer la historia de los que fueron parte de su
vida. Es entonces un filme que se construye en base a una genealogía. La
retrospectiva o evaluación de las generaciones anteriores serán la base para
conocer o comprender el comportamiento de alguien. Es decir; para entender el
presente, es necesario consultar al pasado. Ante la revisión de esa estirpe, es
que Comala comienza a manifestar una serie de tradiciones vergonzosas
asociadas al imaginario mexicano. El linaje de Cassini se convierte en un
microcosmos que emerge a esos fantasmas que, por ejemplo, la Época dorada del
cine mexicano representó hasta el cansancio. Ahí están malestares como el
machismo, el bandolerismo romantizado, la violencia, el cinismo estatal y la
migración, siendo esta una adopción más reciente e interpretada en estas
circunstancias como un escape de esa violencia; signo de desesperanza.Comala es atractiva porque la búsqueda
luce incesante y no deja de persuadir a la curiosidad. Cassini es como el
detective del cine noir al que se le va extendiendo el camino porque la
lista de implicados sigue y cada uno es clave en el peritaje. Cada miembro de
su familia, en efecto, amplía el panorama del hombre que pasó de ser un niño
que jugaba con pistolas a un sicario. Lo importante aquí es que no estamos
tratando con una pesquisa que revelará un secreto o que enfrentará testimonios
o versiones ni tampoco tiene la intención complejizar la personalidad del
padre. Es básicamente el hijo entrevistando a sus familiares y estos
respondiendo sin ambages o aire de misterio, salvo por la figura de un miembro
de la familia -todo un personaje- que lucía ser la carta perdida del maso de
naipes y que, curiosamente, termina por convencernos que el destino de “El
Jimmy” no fue fruto de la casualidad. Comala es un documental sobre las
secuelas de la orfandad, una historia real en donde el fantasma de Pedro Páramo
se presenta como una enfermedad hereditaria que deja un saldo de hijos
ilegítimos o sin identidad. A propósito, es también una película que se pregunta
si la identidad siempre es síntoma de las circunstancias o los vínculos
familiares. Es, definitivamente, una consulta que Gian Cassini se hace
continuamente, pero que mantiene en reserva. Optimista y buen final que parece
contradecir a ese linaje de personas con identidades fragmentadas.
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